La muerte de CONSTANTINO I, provoca la división del Imperio entre cinco herederos.


La muerte de CONSTANTINO I, provoca la división del Imperio entre cinco herederos: sus hijos CONSTANTINO II, CONSTANTE I y CONSTANCIO II y sus sobrinos Dalmacio y Anibaliano. Se suscitarán una serie de luchas por el poder principalmente entre sus hijos. CONSTANCIO II, recibe el Imperio de Oriente (337-361) y se declara arriano, imponiendo el arrianismo en la Iglesia. CONSTANTE I recibe las provincias de Iliria, Italia, y África. CONSTANTINO II (337-361) pasa a ser emperador de Occidente, gobernando Galia, Britania, España y parte de África. El ejército se cuida de eliminar a los sobrinos. CONSTANTINO II será aún más resuelto que su padre en dar su apoyo y favorecer al cristianismo.