A fines del año 1920 fue nombrado gobernador civil de Barcelona el general Martínez Anido, que realizó una política contraproducente a corto y largo plazo: dio la batalla a los sindicalistas por los procedimientos más violentos y más caracterizadamente ilegales. Con ello no sólo no mejoró la situación sino que la empeoró notablemente. El que más directamente sufrió las consecuencias de esta política fue el propio Dato que, en marzo de 1921, fue asesinado. En ese momento el jefe conservador estaba intentando llegar a una concentración conservadora, que presumiblemente sería presidida por Antonio Maura y para la que contaba con el apoyo de Alfonso XIII, imprescindible dadas las dificultades del momento. La desaparición trágica de DATO supuso la imposibilidad efectiva de que ese proyecto llegara a cuajar. Después de un brevísimo paréntesis de Bugallal, de nuevo subió otra vez al poder Allende-Salazar, que gobernó hasta el mes de agosto de 1921, momento en el que apareció en la vida política española el tema de Marruecos.
Nombrado gobernador civil de Barcelona el general Martínez Anido, que realizará una política contraproducente para los sindicatos.
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