Muerto Witiza, se inicia en la Península Ibérica una lucha por el poder entre AGILA II y RODRIGO. Ambos son nombrados.


Habiendo muerto Witiza, se inicia en la Península Ibérica una lucha por el poder entre los partidarios del hijo de Witiza, AGILA II y los de RODRIGO, duque de la Bética y, según la tradición, hijo del visigodo Teodofredo y nieto de Chindasvinto, que es aupado al poder por un poderoso grupo de nobles que representan la mayoría de la asamblea electoral de los nobles y que por ello lo convierten en el rey legítimo según el derecho visigodo. Y es que los sucesos ocurridos en los últimos reinados son muy oscuros; faltan fuentes; sin duda por eso existen dos tradiciones acerca del difunto rey Witiza, una favorable a su memoria y otra que lo describe como un tirano, justificando así la elección de RODRIGO contra las aspiraciones de los witizanos. El hecho es que AGILA II es nombrado monarca en la zona norte del reino, controlando las provincias romanas Tarraconense y Narbonense y RODRIGO ocupa el sur, con capital en Toledo. El enfrentamiento entre ambos dará lugar a que OPPAS, obispo de Sevilla y tío de AGILA II y por tanto hermano del difunto Witiza, solicite ayuda a los musulmanes que ocupan el norte de África para enfrentarse a RODRIGO.