Eiffel es llamado, por el eminente científico Thomas Edison, «el ingeniero de Dios”.


Provista así la torre de un aspecto decorativo lejano a una pila de puente, Eiffel, al verla, cambia totalmente de actitud pasando a convertirse desde este momento en el máximo defensor de su torre. Rápidamente en septiembre del mismo año, Eiffel deposita la patente de invención a nombre de los tres, y antes de que acabe el año les compra la propiedad exclusiva de la patente, comprometiéndose, en el caso de conseguir su construcción, a pagarles una cantidad y a citar sus nombres. De este modo Eiffel se llevará toda la fama de la obra llegando incluso a ser llamado, por el eminente científico Thomas Edison, inventor del fonógrafo y de la bombilla eléctrica, «el ingeniero de Dios”.

Esta pieza también aparece en ... TERCERA REPÚBLICA FRANCESA (1871-10/7/1940) • TORRE EIFFEL