Guillermo de Orange da toda clase de facilidades para que Jacobo II huya a Francia.


No teniendo ningún deseo de hacer de JACOBO II un mártir de la causa católica, GUILLERMO de Orange da toda clase de facilidades para que JACOBO, el 22 de diciembre, huya a Francia. JACOBO será recibido por LUIS XIV, quien le ofrecerá un palacio y una abundante pensión. Posteriormente, GUILLERMO se instala en su palacio real de Whitehall. Ante la fuga del rey, el Parlamento interpreta que ha abdicado. Esta segunda deposición de un Estuardo, que a diferencia de la primera se lleva a cabo sin efusión de sangre, se llamará por la historia la «gloriosa Revolución».