El último castrado conocido es Alessandro Moreschi miembro del coro de la Capilla Sixtina desde 1883.


A pesar de la posición negativa de los papas, en algún momento, empiezan a admitirse en la Capilla Sixtina los castrados que reemplazan a los falsetistas que han cantado hasta entonces los registros altos en polifonía. La castración se realiza muchas veces bajo falsos pretextos como accidentes, criptorquidias, malformaciones congénitas y otras. El último castrado conocido es Alessandro Moreschi (1858-1922) de quien se dirá que es miembro del coro de la Capilla Sixtina desde 1883. Es probablemente del único que ha quedado grabada su voz con las aún elementales técnicas de principios de siglo XX. Aunque muy imperfecta dan una idea de la calidad de aquella extraordinaria voz.