A Justino I le sucede su sobrino JUSTINIANO I el Grande en el Imperio romano de Oriente.


A Justino I le sucede su sobrino JUSTINIANO I el Grande (527-565) al frente de los destinos del Imperio romano de Oriente que tratará de reunificar con poco éxito. Ha ejercido de coemperador. Enérgico e inteligente, aún le aventaja en esas cualidades TEODORA, su esposa, antigua bailarina de circo y monofisita a pesar que desde el Concilio de Calcedonia del 451 está expresamente condenada esta herejía. Esto tendrá consecuencias en la postura de JUSTINIANO, que será a veces errática y poco clara en cuestiones doctrinales ya que él es católico convencido. Por ello, su gobierno incidirá directamente en el devenir mediato de la Iglesia. Instará a los monofisitas a que regresen del exilio. Por otra parte, debido a la mala situación económica que ha heredado, deberá aplicar fuertes reformas fiscales. El fenómeno denominado «cesaropapismo» trae su origen del emperador JUSTINIANO I el Grande que se erigirá, en enérgico defensor de la Fe de Nicea y Calcedonia. JUSTINIANO, por otra parte, se rodeará de un estrecho grupo de colaboradores entre los que destacarán Triboniano o Belisario.