La llegada a Italia y los éxitos militares de ANÍBAL siembra de pánico la capital. En las calles, la muchedumbre aterrorizada no deja de gritar: Anibal ante portas!, ¡Aníbal a las puertas de Roma!. Las murallas de la ciudad han olvidado ya la última vez que tuvieron que hacer frente a una amenaza semejante, y no resistirían un asedio. Las únicas legiones disponibles se hallan en Hispania; los generales que podrían encabezar una resistencia desesperada, a semanas de distancia. Roma está perdida. Pero, misteriosamente, ANÍBAL no descarga el golpe. El cartaginés comprende que la verdadera fuerza de Roma no se esconde tras sus muros. Si se detiene ante la capital, si compromete a su ejército en un asedio que puede durar semanas, corre el riesgo de ser sorprendido en cualquier momento por los pueblos itálicos del Sur o por las legiones que vuelvan de Hispania desde el Norte. Para derrotar definitivamente a Roma ANÍBAL necesita dos cosas: obtener refuerzos de Cartago y privar a Roma de sus aliados itálicos. Por eso, pasando de largo ante la ciudad, se dirige hacia el Sur.
Aníbal, pasando de largo ante la ciudad de Roma, se dirige hacia el Sur.
Esta pieza también aparece en ... ANÍBAL BARCA (General cartaginés, hijo de Amílcar Barca) (221aC - 183aC) • ROMA (REPÚBLICA) (509 aC - 27 aC) • SEGUNDA GUERRA PÚNICA (219-202aC)

