Después de varias tentativas infructuosas, los turcos realizan un asalto masivo en la noche del 28 de mayo de 1453 y los jenízaros consiguen entrar en Constantinopla a través de una brecha abierta en las murallas, cerca de la puerta de san Román. CONSTANTINO XI, último emperador bizantino, de 1449 a 1453, sólo alinea entre 7.000 y 8.000 soldados para defender la ciudad de Constantinopla. El emperador resulta muerto (29/5) y la ciudad tomada. MEHMET II hizo pasar por vía terrestre, detrás de la concesión genovesa de Galata, a parte de su flota, debido a que el Cuerno de Oro estaba obstruido. La toma de Constantinopla, supone el fin del denominado Imperio Romano de Oriente o Bizantino. Se considera esta fecha como el fin convencional de la Edad Media y el inicio del Renacimiento. La ciudad será llamada en adelante Istanbul (Estambul) y será la nueva capital del Imperio. La Iglesia de Santa Sofía se convierte en mezquita. El Papa trata en vano de comprometer a los príncipes cristianos en una nueva Cruzada. En esta época los monarcas se muestran interesados en conservar sus propios reinos, y en apoderarse de los vecinos si pueden. La lejana Palestina no atrae por el momento su interés.
