El sínodo de Cartago descubre las insidias de PELAGIO. El Papa Zósimo obliga su repudio a todos los obispos.


El monje PELAGIO, originario de Britania o de Irlanda, y CELESTIO logran conquistar el favor del papa ZÓSIMO, presentándose como fieles defensores de la ortodoxia. El sínodo de Cartago, celebrado en el año de la fecha, descubre nuevamente sus insidias, y entonces ZÓSIMO, con su célebre «Epístola tractoria» obliga a todos los obispos a repudiar el pelagianismo. AGUSTÍN, obispo de Hipona, después de leer la carta del Papa ZÓSIMO, exclama: «Roma ha hablado: la cuestión está definida». Los que rehusan obedecer son condenados al exilio por el emperador HONORIO. Con todo, la disputa no se ha extinguido, pero el movimiento herético está ya destinado a caer en el olvido. En esta fecha fallece PELAGIO.