El último día de Carnaval de 1497, SAVONAROLA levanta una gran auto de fe en la plaza de la Signoria. Fue lo que se llamó «Bruciamento della Vanità», es decir «quema de las vanidades». En una pila inmensa, cuya base la formaban muebles preciosos, rasos y terciopelos, caretas, barbas postizas, trajes de máscaras, perfumes, espejos, se colocaron ediciones de poetas latinos, valiosos pergaminos, miniaturas, más arriba laúdes, violas y arpas, tableros de ajedrez y baratijas y en las últimas capas, pinturas, esculturas, las más claras bellezas de Italia. Todo esto fue pasto de las llamas, no sin que antes un mercader veneciano ofreciera veinte mil escudos de oro por toda aquélla pirámide. La única respuesta que obtuvo fue que un pintor dibujara allí mismo su retrato y fuera quemado en efigie, mientras los frailes entonaban el Tedéum en un verdadero delirio piadoso del pueblo. Allí estaba Sandro Botticelli, absolutamente horrorizado de su maravillosa «Afrodita». Es fama que no volvió a pintar más.
El último día de Carnaval de 1497, Savonarola levanta una gran auto de fe en la plaza de la Signoria.
Esta pieza también aparece en ... FLORENCIA • GIROLAMO SAVONAROLA

