Varias circunstancias hacen que salte una segunda intifada o levantamiento popular palestino.

Cuando BARAK se propone no sólo reanudar el proceso de paz, sino acelerarlo, encaminarlo a la solución global, varias circunstancias hacen que salte una segunda «intifada» o levantamiento popular palestino, por la visita del líder del Likud, el «halcón» Ariel SHARON a la explanada de las Mezquitas que abriga el segundo de los lugares santos del islam: Al Aqsa y «la Roca», desde donde según la tradición, el profeta Mahoma subió al cielo. Esta intifada pronto será conocida como la «intifada de Al Aqsa». A los amotinamientos callejeros sucede la táctica de guerrilla. RABIN había dicho a los palestinos: «Estamos condenados a convivir en la misma tierra. Y añadía «No perdáis esta oportunidad (de negociar la paz) porque tal vez no haya una segunda ocasión». Palabras que ahora adquieren una resonancia angustiosa. El territorio de Gaza vuelve a sufrir el cierre de sus accesos al exterior, una medida preventiva y de castigo adoptada por el Gobierno israelí para hacer frente a los ataques y atentados. Como casi el 50% de su mano de obra trabaja en Israel, el desempleo, la miseria, la desesperación, la apatía y el resentimiento se adueñarán de esta población.