CLODOVEO I es reconocido como rey de los francos estableciéndose en París su capital.


Los francos ripuarios reconocen a CLODOVEO I, en la fecha, como rey de todos los pueblos francos estableciéndose en París la capital de los francos. Es tal el poder del reino franco, ahora y en los siglos que seguirán, que la Galia será la única provincia occidental que perderá su nombre. Dejará, pues, de ser la Galia para convertirse en «Francia» la tierra de los francos (que es precisamente como se llama en alemán: «Frankreich», reino de los francos). CLODOVEO I fomentará el posterior desarrollo del sistema feudal al crear el cargo de conde, establecer la herencia real, confirmar las competencias reales en el nombramiento de los obispos y su derecho sobre las propiedades de la Iglesia o imponer las normas del derecho sálico. De esta manera las bases del feudalismo se plantean ya en pleno siglo VI al igual que harán los visigodos.