En el siglo III aC el emperador ASHOKA de la dinastía Maurya funda la capital del Valle de Cachemira, Srinagar y después la regala junto con quinientos monasterios a una comunidad de monjes budistas. Ello convierte el valle en un importante centro de enseñanzas budistas.

En Cachemira (India), la reina Didda asume el gobierno (950-1003)

Decadencia política de Cachemira durante el reinado de Harsha (1089-1101)

Durante los siglos del IX al XIII dC, la región del Valle de Cachemira, antiguo principado de la India, es un centro destacado en la cultura hindú. En el siglo XII se escriben aquí las crónicas del historiador Kalhana, el Rajatarangini o “Río de los Reyes”, uno de los pocos escritos que han sobrevivido del período preislámico de la India.

En Cachemira crece la rivalidad entre la monarquía y la nobleza. Ghazna es destruida, en la fecha, por Ala ad-Din Husain.

El siglo XIV asiste al establecimiento en el Valle de Cachemira del poder islámico que lo convierte en un sultanato. De hecho, a lo largo de los tres siglos anteriores, invasores mahometanos procedentes del noroeste han invadido progresivamente la India.

El emperador mogol Akbar el Grande incorpora Cachemira a sus dominios. Se acentúa su islamización y desaparecen las influencias hindúes y búdicas.

Desde finales del siglo XVI, Gran Bretaña inicia su dominio, primero comercial y más tarde territorial, en la India a través de la Compañía Británica de la Indias Orientales. A lo largo de los próximos tres siglos se irá extendiendo por toda la región la soberanía de este país europeo.

Ahmad Shah Durrani que se ha convertido en el dueño de Afganistán, agranda el reino con el este de Irán, Beluchistán, Cachemira y parte del Punjab. Será, no obstante, un gigante con los pies de barro, porque estará organizado sobre bases tribales y carente de cohesión institucional interna.

En esta fecha, Cachemira es tomada por los sijs de Ranjit Singh, creador del gran imperio sij del Punjab con capital en Lahore.