Estanislao Fígueras y Moragas, en 1851, es elegido diputado por Tarragona, ciudad a la que se traslada para formar parte de su Junta Revolucionaria, que presidirá durante los acontecimientos políticos que conducirán al Bienio Progresista (1854-1856). Estanislao Figueras se convierte en uno de los cuatro primeros diputados antidinásticos de España.
ESTANISLAO FIGUERAS (Primer presidente de la Primera República española) (11/2/1873-11/6/1873)
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Estanislao Figueras y Moragas fue un político español, presidente del Poder Ejecutivo durante la Primera República.
Ante la revuelta de Barcelona, el capitán general se encuentra desbordado y acepta el alzamiento popular.
En Barcelona, hay un importante movimiento civil, además de conspiraciones militares. Por esta razón, ante la revuelta del 14 de julio, el capitán general se encuentra desbordado y acepta el alzamiento popular. La Junta está formada por dirigentes populares, políticos progresistas y demócratas republicanos, entre los cuales destaca Estanislao Figueras.
Estanislao Figueras ha sido elegido diputado a Cortes, donde lidera la minoría republicana.
En 1855, Estanislao FIGUERAS ha sido elegido diputado a Cortes, donde lidera la minoría republicana, y vota a favor de la instauración de un régimen republicano, opción que no cuenta con el favor de la cámara.
Estanislao Figueras encarcelado y desterrado por Narváez, regresa tras el triunfo de la Gloriosa de 1868.
Estanislao Figueras encarcelado y desterrado por Narváez, regresa tras el triunfo de la revolución Gloriosa de 1868.
Estanislao Figueras vuelve a España merced al triunfo de la revolución de septiembre de 1868.
En 1867, Estanislao Figueras es condenado a prisión, lo cual motiva su fuga a Portugal, país del que, en la fecha, podrá volver a España merced al triunfo de la revolución de septiembre de 1868, que dará inicio al Sexenio Democrático (1868-1874). A su regreso ingresa en el Partido Federal, liderado por Pi y Margall, y fundará el periódico La Igualdad, desde cuyas páginas defenderá su doctrina federalista.
El rumor de la inminente abdicación del rey AMADEO I de Saboya ha ganado las calles de Madrid.
En la tarde de este día, el rumor de la inminente abdicación del rey AMADEO I de Saboya ha ganado las calles de Madrid y una multitud de personas preocupadas por el futuro de España acude frente al Congreso. Como las horas pasan sin tener noticia alguna de lo que adentro ocurre, los ánimos van caldeándose y las voces suben de tono, por lo que ESTANISLAO FIGUERAS, destacado político de la minoría federal, que es diputado desde 1869, desde el pretil de una de las ventanas bajas, dice a los impacientes: «Tened confianza en nosotros, porque yo os juro, en nombre de mis compañeros, que los diputados federales saldremos de aquí o con la república federal triunfante, o muertos.» No saldrán ni muertos ni con la república federal triunfante, pero sí con una república.
Se acepta la abdicación del rey se proclama la I República.
En contra de lo que establece la Constitución de 1869, las dos Cámaras que componen las Cortes -Congreso y Senado- se constituyen en Asamblea Nacional bajo la presidencia de Cristino Martos, aceptan sin más la abdicación del Rey, y declaran que reasumen la soberanía nacional; a continuación, y sin ninguna legitimidad para ello, declaran la «república» (sin concretar más) como forma de gobierno, por 258 votos contra 32 que defienden otras opciones. Se proclama, pues, de inmediato la I República por votación de la Asamblea Nacional en Madrid. La adopción de la forma de gobierno republicana no ha tenido lugar de la forma más coherente, como hubiera sido a través de unas Cortes Constituyentes convocadas al efecto por un Gobierno provisional, sino por un procedimiento que ha pretendido revestir la apariencia de una transición legal, aunque ha sido abiertamente inconstitucional. «El advenimiento de la república -escribirá Pi y Margall, el más destacado de los republicanos federales- no fue una revolución; fue simplemente una transgresión del derecho vigente».
En España se elige «Presidente del Poder Ejecutivo» (jefe de Estado y Gobierno) a Estanislao FIGUERAS.
En el Congreso se elige el primer gobierno de la República, siendo elegido como «Presidente del Poder Ejecutivo» (jefe de Estado y Gobierno), y no «Presidente de la República» pues nunca se llegará a aprobar la nueva Constitución que crea ese cargo, al republicano federal Estanislao FIGUERAS y Moragas, que en su discurso dice que la llegada de la República es como el iris de paz y de concordia de todos los españoles de buena voluntad. Se inicia el que se llamará «Sexenio revolucionario». Estanislao FIGUERAS es uno de los creadores y principal impulsor del partido republicano. Ha participado en todos los intentos, pacíficos o no, que han realizado los republicanos durante los últimos años de las monarquías de Isabel II y de Amadeo I. Hombre, aunque federalista convencido, de talante conciliador y nada dado a extremismos por lo que se explica que haya sido elegido para presidir el gobierno de la recién nacida república, que, consciente de su intrínseca debilidad, no puede tener a una extremista a su frente. FIGUERAS se convierte, así, en el primer jefe de estado que accede a tal cargo por elección en España.
FIGUERAS, presidente de la República, se enfrenta con los federalistas radicales y les hace desistir.
Pero esta victoria no acaba de gustar a los republicanos federalistas radicales que mandan en Barcelona. Estos creen que se ha de ir inmediatamente a una República Federal y que es necesario construir, cuanto antes, el Estado Catalán. Así, intentan por tres veces proclamar en Barcelona el «Etat català», el 12 de febrero, el 21 de febrero y el 8 de marzo. Estanislao FIGUERAS, presidente de la República, se enfrentará con ellos y les hará desistir de su empeño a cambio de la disolución del ejército en Catalunya.
FIGUERAS por falta de acuerdo con la Asamblea solicita la dimisión, pero es confirmado en su puesto.
Cristino Martos, presidente de la Asamblea, es el principal instigador de la primera de las maniobras radicales, el día 23 de febrero. Ante la dimisión del presidente FIGUERAS, por la falta de acuerdo entre la Asamblea y el gobierno, e incluso dentro de éste, Martos trata de hacerse con el poder, con ayuda del general Moriones a quien encarga el mando de la guarnición de Madrid. La resistencia federal frustra la operación. FIGUERAS es confirmado en su puesto y del nuevo gobierno desaparecen los ministros radicales civiles.