Juzgando correctamente que el entusiasmo por esta guerra es escaso en Gran Bretaña e inexistente en Francia, HITLER considera que puede tomarse tiempo para digerir las ganancias en Polonia y dejar descansar a su ejército. Sigue un invierno de inactividad. HITLER aprovecha también la oportunidad para librar una batalla psicológica. Ha mandado filmar la campaña polaca, con el fin de poner de manifiesto el poderío y rapidez de las fuerzas alemanas, y la devastadora derrota de los polacos. Esas películas, junto con otras similares de victorias alemanas posteriores, son exhibidas en toda Europa, y en todas partes se extiende el derrotismo entre quienes se oponen a Alemania. En efecto, se generaliza el sentimiento de que Alemania es invencible, y de que la única alternativa a la devastación es rendirse.

El Führer espera hasta el 6 de octubre para anunciar oficialmente el fin de la campaña en Polonia. Ofrece a británicos y franceses la paz basándose en la situación del momento, es decir, en una Polonia repartida entre alemanes y soviéticos. Se siente alentado por el hecho de que los ejércitos aliados siguen sumidos en su particular espera, que ha permitido a la Wehrmacht desplegar frente a ellos a 43 de sus divisiones procedentes de Polonia. Durante la campaña, Alemania ha sufrido más de 8.000 muertos, 5.000 desaparecidos y 27.000 heridos, frente a unos 70.000 muertos y 600.000 heridos por parte polaca.

Heydrich ordena que todos los judíos del Reich sean trasladados a Polonia en la zona llamada del “Gobierno general”.

Explota una bomba en el Bürgerbraükeller, poco después de que HITLER salga del establecimiento, donde se ha celebrado el XVI aniversario del Putsch de Múnich (9/11/1923).

STALIN preparándose lentamente para una inevitable guerra con la Alemania Nazi, se percata que la frontera finesa está a sólo 32 kilómetros de Leningrado, siendo una excelente base para una invasión germana. Por el pacto Molotov-Ribbentrop firmado el 23 de agosto de 1939, Finlandia queda en la esfera de influencia soviética. El 26 de noviembre ocurre el Incidente de Mainila (Rusia), en el que artillería soviética ataca varias áreas cerca de la aldea rusa de Mainila, anunciando luego que el ataque ha sido finés y que varios soldados soviéticos han muerto. Los soviéticos demandan que Finlandia replegue sus tropas 25 kilómetros atrás de la frontera y que pida disculpas por el incidente. Finlandia niega estar involucrada en el mismo y rehusa pedir disculpas.

La Unión Soviética ataca el 30 de noviembre a Finlandia con 23 divisiones, sumando 450.000 hombres, alcanzando rápidamente la Línea Mannerheim. Empieza la llamada guerra ruso-filandesa. La Unión Soviética lleva a cabo estas operaciones para expandir sus fronteras occidentales ya que Finlandia se ha negado a permitir bases militares rusas en su territorio. Alemania consiente, pues antes de que pueda ajustar cuentas con la Unión Soviética tiene que ocuparse de Gran Bretaña y Francia, con las que, después de todo, está en guerra. De todas maneras la invasión sólo alcanza las zonas fronterizas y se realiza de forma tan ineficaz, que Alemania y el mundo piensan en la incapacidad del Ejército Rojo. Años antes, la Unión Soviética ha hecho una purga en su cuerpo de oficiales ante la sospecha de deslealtad política, y no tiene entre sus nuevos mandos suficiente personal con la preparación precisa.

El almirante Raeder, jefe de la Armada alemana, apremia a HITLER para tomar Noruega y así evitar que los británicos bloqueen la ruta del norte, por donde se transporta desde Suecia el mineral de hierro para Alemania. Lo que ocurre es que al estallar la guerra, Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia han declarado su neutralidad y en septiembre, Alemania ha asegurado a Noruega que respetará su integridad territorial, aunque advirtiendo que el Tercer Reich no tolerará una violación de esta neutralidad por una tercera potencia. A pesar de todo ello, Raeder sigue insistiendo a HITLER que tener bases navales en Noruega sería muy útil al entrar en guerra con Inglaterra. HITLER empieza a pensar en la invasión de Noruega.

En los años 1939-45 todo el territorio de Polonia será sometido a radicales y sangrientas acciones de limpieza étnica. El Gobierno de Polonia continuará la lucha. En Londres permanecerán el Presidente Wladyslaw Raczkiewicz y el Primer Ministro, y al mismo tiempo Comandante en Jefe, general Wladyslaw Sikorski. Las organizaciones clandestinas vinculadas han creado en la Polonia ocupada por los nazis un verdadero Estado Clandestino, con su propio sistema administrativo y un amplio sistema de educación secundaria y superior, ya que todas las escuelas, salvo la enseñanza primaria, han sido suprimidas. El numero de miembros de la resistencia armada supera los 400 mil soldados, y las actividades de sabotaje y guerrilla se cuentan entre las más numerosas en la Europa ocupada por los nazis.

El acorazado de bolsillo Graf Spee ha hundido a la marina mercante británica once barcos. La marina británica, golpeada y humillada, considera que debe dar caza al acorazado. Por fin, consigue arrinconarlo en la desembocadura del río de la Plata, entre Argentina y Uruguay. El capitán del Graf Spee no tiene otra opción que hundir su barco a fin de evitar que caiga en manos de los británicos. El Tratado de Versalles ha prohibido a Alemania construir buques con más de 10.000 toneladas de Registro Bruto. La necesidad de construir una poderosa flota se ha hecho evidente, pero en vista de las limitaciones, los ingenieros alemanes se han visto obligados a planificar una flota diferente. Se ha hecho imperioso diseñar un tipo de nave con las características de un acorazado, pero con las limitaciones que el tratado impone. Entre otras variantes, se utilizan aleaciones más ligeras. Así nacen los Acorazados de Bolsillo, barcos con la versatilidad de un crucero pero con la potencia de fuego de un acorazado. Se planifican tres barcos gemelos, el Admiral Scheer, el Deutschland y el Graf Spee, puesto en servicio en 1934. Alemania saca los acorazados de bolsillo para usarlos como buques corsario, azotando las rutas de navegación de los mercantes aliados.

En 1940, Arístides de Sousa usa su cargo como cónsul en Burdeos para expedir visados a cerca de 3.000 refugiados que huyen de los nazis.