ETA asesina a diez personas (cinco de ellas menores) en las viviendas y cuarteles de la Guardia Civil de Vic el 29 de mayo de 1991. Asimismo se producen 44 heridos, la mayoría de ellos civiles. Pocos días después los dos activistas que componen el comando Barcelona, Juan Carlos Moteagudo Povo y Félix Erezuma, mueren en un enfrentamiento con agentes del instituto armado.

ETA se muestra dispuesta a una tregua de dos meses «si el Gobierno español» da «ciertas garantías» y asegura que «llegó a apalabrarse un punto de distensión de dos meses por mutuo acuerdo».  El Gobierno señala que la única posibilidad para hablar con ETA es que «abandone las armas y deje de matar».

La actividad terrorista de ETA se reanuda en Catalunya a finales de 1991, pero no con el comando Barcelona, que no consiguirá reorganizarse hasta 1993, sino por medio del comando Ekaitz, capitaneado por José Luis Urrusolo Sistiaga, que comete siete asesinatos antes de ser desarticulado en el mes de marzo de 1992. Así, el 13 de diciembre los policias nacionales José Garrido y Francisco Javier Delgado mueren al ser tiroteados en el barrio de Les corts, en Barcelona.

ETA mata en Barcelona al comandante del Ejército de Aire Arturo Anguera Vallés, al tirotearlo en un vehículo militar.

Los militares músicos Virgilio Mas y Juan Querol mueren ametrallados en Barcelona, cerca del cuartel del Bruc.

Ante las diversas manifestaciones en contra de ETA, ETA-HB han reaccionado con un despliegue de fuerzas, tanto mediante una radicalización de la lucha armada como con la movilización de sus masas (en febrero de 1992, más de 80.000 personas, se manifiestan en favor de ETA y la negociación en Bilbao).

El artificero de la Guardia Civil, Enrique Martínez Hernández fallece al estallar un coche bomba, en Lliçà d’Amunt (Barcelona)

Pero la gran baza de la organización, consistente en forzar el diálogo ETA-Estado en torno a los puntos de la alternativa KAS, aprovechando los eventos de las Olimpiadas de 1992, fracasa. En efecto, este año 1992 representa un objetivo cumbre de la organización terrorista ETA ya que los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla y la capitalidad cultural de Madrid, constituyen dentro de la estrategia etarra, el punto de mira de un blanco desde el que lanzar a todo el mundo su mensaje independentista.

El vecino de Sabadell Antonio José Martos muere al explotar un coche bomba en Sant Quirze del Vallès (Barcelona)

ETA -por primera vez en su historia- contempla atónita como su cúpula -en la fecha- cae en manos de la policia francesa en un caserío de Bidart, provocando el vacío de poder más largo y más dramático para la organización. Esta caída en bloque de toda la troika Artapalo -Pako, Txelis y Fitipaldi- ha tenido su contexto y su preámbulo, y abre paso a un futuro incierto, que no pocos observadores califican como el «principio del fin» de la banda armada vasca.