Nacido en Extremadura, VASCO NÚÑEZ de Balboa (1475-1517) parte en 1501 rumbo a América, con la expedición de Rodrigo de Bastidas. Participa en varias expediciones a Venezuela y posteriormente empieza la colonización del territorio del istmo. Entonces sabe, por los indios, que al otro lado de aquellas tierras existe un gran mar. Después de atravesar el istmo de Panamá en 1513, el 25 de septiembre descubre el océano Pacífico, al que llama Mar del Sur por su situación respecto al punto de partida. VAsco Núñez de Balboa es el primer europeo que ve el Océano Pacífico, al que llama Mar del Sur, adelantándose en unos meses a Fernando de Magallanes.

El Istmo de Panamá (parte de Colombia) ya es utilizado por los nativos americanos antes de la invasión europea del siglo XV. Los primeros exploradores europeos descubrirán antiguos caminos que atraviesan el istmo, utilizados por las civilizaciones precolombinas y los pueblos Waunana y Ngobe. En 1514, Vasco Núñez de Balboa, el primer explorador europeo en ver el este del Pacífico, construye una ruta utilizada para el transporte de sus buques desde Santa María la Antigua del Darién en la costa atlántica de Panamá a la Bahía de San Miguel en el Pacífico. Esta ruta tiene de 50 a 65 km de largo, pero será rápidamente abandonada.

En 1534, Carlos I de España ordena el primer estudio sobre una propuesta para un canal a través del Istmo de Panamá que una los dos océanos, el Atlántico y el Pacífico. Más de tres siglos transcurrirán antes de que se comience el primer esfuerzo de construcción. Los franceses trabajarán por 20 años, a partir de 1880, pero las enfermedades y los problemas financieros los vencerán. Esta obra no se hará realidad hasta el año 1914 cuando así lo deciden los EEUU.

José de Acosta escribe en 1590 un informe sobre la dificultad de unir los dos océanos como quieren algunos navegantes y exploradores españoles: «Algunas personas han hablado de excavar este terreno de seis leguas y unir un mar con el otro […]. Eso sería inundar la tierra porque un mar está más bajo que el otro».

Simón BOLÍVAR, por sugerencia de Humboldt, revive en 1829 el proyecto de un canal en el istmo de Panamá. A partir de esta época, empiezan a manifestarse las rivalidades entre EEUU., Gran Bretaña y Francia por el control de los territorios que les permitirían construir un canal interoceánico.

Colombia despierta el interés del resto del mundo sobre todo porque sus límites noroccidentales se extienden por América central e incluyen la región de Panamá. Ese interés, que sienten especialmente Gran Bretaña y los EEUU., radica en el estrecho istmo que separa los océanos Atlántico y Pacífico por poco más de 60 km de tierra. Un canal que lo cruzara reduciría en gran medida el tiempo que llevaba navegar -en barco de vela o de vapor- desde Europa al Lejano Oriente o desde la costa pacífica de los Estados Unidos a la atlántica. Naturalmente, el asunto radicaba en quién iba a controlar el canal. La lucha por el control en Panamá del territorio donde es posible la construcción de un canal, conduce a la firma, en la fecha, del Tratado Cayton-Bulwer, por el que EEUU. y Gran Bretaña se comprometen a mantener la neutralidad de América Central y de cualquier posible canal que se construya en la zona.

Exclusivo privilegio que se concede por el Gobierno de la República de Colombia al francés Lucien Wyse para construir un canal a través del istmo de Panamá.

El exclusivo privilegio concedido por el Gobierno de la República de Colombia al francés Lucien Wyse para construir un canal a través del istmo (1878), es adquirido, en la fecha, por 10 millones de francos por la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá, constituida en 1879 bajo la presidencia de Fernando de LESSEPS.

Los franceses trabajarán, a partir de 1880 en que se inician las obras, para llevar a cabo la construcción del canal de Panamá.

La fiebre amarilla, que diezma extraordinariamente el personal de las obras, y la mala administración hacen quebrar, en la fecha, a la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Panamá. En efecto, de los más de 75.000 obreros que trabajan en su construcción, 20.000 mueren por los frecuentes deslizamientos de tierra y las enfermedades tropicales.