Persis, la antigua provincia de la que había surgido Ciro ocho siglos antes, permanece inquieta bajo la monarquía parta. Desea restaurar los valores tradicionales persas y restaurar el Imperio aqueménida, y, en consecuencia, se opone a las tendencias partas a la helenización. El hijo de PABEK, ARDASHIR, se levanta contra el rey de los partos, ARTABANO V, lo derrota en la batalla de Ormuz, lo destrona y le da muerte.

ARDASHIR I, funda la dinastía de los “sasánidas” (que recibe el nombre del abuelo de ARDASHIR, Sasán). ARDASHIR, en la fecha, ocupa Ctesifonte, la capital, y se autoproclama rey ARDASHIR I (226-241) (Artajerjes para los griegos). El imperio parto desaparece de la historia. La región permanecerá como hasta entonces. No cambiará en general la lengua, la religión ni la cultura. Se trata sólo de un cambio de dinastía, como ya sucediera ocho siglos antes cuando el Imperio medo se transformó en Imperio persa. Sin embargo, la nueva dinastía recibirá un nuevo nombre nacional. En lugar de Partia, se hablará ahora de “Imperio sasánida”, “Nuevo Imperio persa” o “Imperio neopersa”.

ARDASHIR I reemplaza a los jefes militares locales y a los sátrapas hereditarios por gobernadores reales, que pueden ser destituidos cuando le convenga. Restringe los ejércitos privados, carentes de disciplina y adiestramiento, y se proclama comandante en jefe de todas las tropas persas, asumiendo así todo el poder. Los sasánidas serán muy dados a difundir las hazañas de sus gobiernos y las perpetuarán en inscripciones y relieves sobre piedras. En las monedas grabarán asimismo, gestas y semblanzas.

Gran campaña del emperador romano Alejandro SEVERO contra el rey de Persia ARDASHIR I. Dicha campaña permitirá a los romanos conservar Mesopotamia.

En el reino sasánida, en la fecha, ARDASHIR I abdica en su hijo, que gobernará como SAPOR I (241- 272).