Nace el judío Theodor HERZL en Budapest. Fue el primero en teorizar sobre la creación de un estado judío en la bíblica tierra de Israel.

El primer proceso contra Dreyfus dura desde octubre de 1894 a enero de 1895; en ese período, entre crónica y crónica, Theodor Herzl, que ejerce de periodista, va madurando su pensamiento en torno a la cuestión judía: si los judíos quieren ser respetados, si pretenden ser iguales ante la ley, si desean terminar con los prejuicios, persecuciones y pogromos, deben constituir su propio Estado y tendrán que hacerlo en la tierra que les ha visto nacer como pueblo, en Palestina. Ese pensamiento se va plasmando en un pequeño libro, escrito en alemán y editado en Viena en la segunda mitad de febrero de 1896 con el título de Der Judenstaat (El Estado judío). El Estado judío es, indiscutiblemente, la expresión más fuerte y sólida de esta corriente de pensamiento sionista que intenta reformular la aspiración mística de un conjunto de comunidades judías de la diáspora, en términos políticos, unidos a la concepción moderna del Estado. A diferencia de los escritos sionistas precedentes, esta obra suscita inmediatamente un vasto movimiento de interés y galvaniza a las masas judías de Europa oriental. Lo hace además, en el momento justo: al secular deseo de los judíos en la diáspora de retornar a la tierra prometida se añade el afán colonialista de la época. HERZL expone la idea de crear el Hogar Nacional Judío. La población total de la ciudad de Jerusalén en 1896 es de 45.472 personas, de ellas 28.112 son judíos.

El sionismo surge como respuesta nacionalista al antisemitismo europeo. El antisemitismo ha hecho que a finales del siglo XIX, muchos judíos se replanteen la cuestión de su identidad colectiva. Impresionado por la condena del capitán judío francés Dreyfus, a cuyo juicio en París por presunto espionaje a favor de Alemania asiste como corrresponsal de prensa, Theodor HERZL (1860-1904), escritor judío, nacido en Budapest y establecido en Viena, experimenta lo que él mismo define cono su conversión al judaísmo. La conclusión de HERZL ha sido que la asimilación de los judíos en las naciones europeas está condenado al fracaso.

Tras conseguir la adhesión de algunas personalidades eminentes del mundo judío y contar con el apoyo popular, Theodor HERZL, reúne, en la fecha, en Basilea (Suiza) un congreso (el primer congreso sionista) en el que participan delegados sionistas de toda Europa. Este congreso marca el nacimiento del sionismo al aprobar tres puntos fundamentales: la propaganda para la inmigración judía en Palestina, el compromiso para la fundación de un Estado soberano e independiente y la petición al gobierno turco de la cesión de una parte del territorio. Herzl morirá a los 44 años de edad, agotado por el trabajo, la nostalgia y la enfermedad: “En Basilea -dirá- he fundado el Estado judío. Si lo dijera en voz alta, estallaría una carcajada general. Pero dentro de cinco años, de cincuenta seguramente, todos los admitirán”. A partir de este año se inicia una corriente migratoria hacia Palestina nutrida sobre todo de judíos orientales rusos y polacos. (Cincuenta años y ocho meses después del congreso de Basilea será fundado el Estado de Israel.)

Muere Theodor HERZL, fundador del sionismo moderno. Se producen en seguida violentas disensiones entre los sionistas, quienes se dividen en “políticos”, interesados en conseguir antes que nada una carta del sultán, y en “prácticos”. Estos últimos, sin abandonar el aspecto político, son partidarios de una rápida colonización masiva de Palestina. Karl Kraus, un judío vienés, le satirizará ferozmente en “Una corona para Sión”.