El urbanista Alfons Cerdà al proyectar, en la fecha, su Pla de l’Eixample previene ya para un futuro no demasiado lejano que la inevitable fusión de los trazados ferroviarios obligará a situar la futura gran línea por la calle Aragó: de ahí que le otorgue una anchura de 50 m (la marca la fachada de la Iglesia de la Concepció, que por esta razón no aparecerá posteriormente alineada con el resto de las fachadas), mientras que todas las calles normales tienen 20 m. Los propietarios, que no creen ni mucho menos en tal previsión, ponen el grito en el cielo temiendo las consecuentes expropiaciones; su presión tiene efecto y la calle queda reducida a sólo 30 m de ancho.
FERROCARRIL POR LA CALLE ARAGÓN DE BARCELONA
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Los propìetarios que viven en la calle Aragón reclaman que la línea ferroviaria que va a construirse discurra dentro de una gran zanja.
Cuando en 1880 se hace inminente la construcción de la línea ferroviaria por la calle Aragó de Barcelona, los propìetarios se alarman, y reclaman que el impacto se reduzca al hacerla discurrir dentro de una gran zanja. El Ayuntamiento, que no quiere en modo alguno pagar la obra, sostiene que puede circular tranquilamente por la superficie, tal como, al fin y al cabo, realiza el carril de Sarrià por la calle Balmes. Parecen ignorar las muertes y los continuos accidentes que ello provoca y parece también no importarles nada el efecto que provocaría al pasar y cortar el paseo de Gracia a ras de suelo. Es un despropósito y un ejemplo de mezquindad indígena. Así las cosas, se recurre al dictamen neutral de un hombre informado y equitativo: el ingeniero de caminos, canales y puertos José de Echegaray, futuro Premio Nobel. Es él quien sentencia en definitiva a favor de la zanja.
La zanja para el tren de la calle Aragó de Barcelona se construye en la fecha, costeado por el Ayuntamiento.
La zanja para el tren de la calle Aragó de Barcelona se construye en la fecha, costeado por el Ayuntamiento. El ruido y el humo que lo ennegrece todo se convierten en mal menor. Y ante el Paseo de Gracia se pone en pie el apeadero, un edificio tan mediocre que Pla lo considerará \»el Partenón de la arquitectura mingitoria\». Fue pues el alcalde Simarro quien obtiene esta mejora básica para el centro de la ciudad. Es su obra urbanística relevante, pues su mandato se recordará caracterizado por la inoperancia.
El Gobierno de FRANCO toma la decisión de emprender la cobertura de la calle Aragón de Barcelona.
El Consejo de Ministros que FRANCO preside, en la fecha, en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, toma la decisión de emprender la cobertura de la calle Aragó. Fue quizá la gran obra urbanística desde el final de la Guerra Civil.
Se inician las obras para la cobertura de la calle Aragó de Barcelona.
Las obras para la cobertura de la calle Aragó de Barcelona, se inician en la fecha. Antes ha sido inexcusable electrificar la línea del ferrocarril. Los trabajos, pese a afectar sólo a la parte más céntrica de Aragó, serán algo lentos y el apeadero, por ejemplo, no será derribado hasta 1960.