Inicia en Sudán el conflicto de Darfur con el ataque a un centro del ejército por parte de grupos rebeldes procedentes de tribus africanas sedentarias y dedicadas a la agricultura (Fur, Massalit, Zaghawa). Los sublevados exigen representación política en el Estado, compartir las riquezas del país y seguridad en su región. El Gobierno árabe responde de forma brutal. Se habla de limpieza étnica, de genocidio. Los hombres del presidente sudanés, Omar Al Bashir, arman a los janjawid (jinetes del diablo) reclutados entre tribus árabes orientadas a la ganadería e incluso sacan a algunos de la cárcel, para que cumplan con más ahínco su cometido. Darfur es una provincia del oeste de Sudán, tan extensa como Francia. Y los bombardeos del ejército apuntan a la población civil.
CONFLICTO DE DARFUR
Total de piezas: 15
Colin Powell (EEUU.) y Kofi Annam (ONU) han viajado hasta Sudán para conocer «in situ» el conflicto del territorio de Darfur.
Colin Powell (EEUU.) y Kofi Annam (ONU) han viajado hasta Sudán para conocer «in situ» el conflicto del territorio de Darfur en dónde se enfrentan musulmanes contra musulmanes. Este conflicto ha sido la causa de un millón de desplazados y 10.000 muertos en 14 meses. Este territorio se halla a las puertas de una gran hambruna. Sin embargo, Jartum niega su implicación a pesar de que la ONU y la Unión Africana (UA) denuncian los constantes ataques del ejército sudanés y de los janjawid.
En Sudán, hoy empieza una cadena de reuniones que implican a todas las fuerzas políticas y combatientes de Sudán, e incluso al Gobierno de Chad.
En Sudán, hoy empieza una cadena de reuniones que implican a todas las fuerzas políticas y combatientes de Sudán, e incluso al Gobierno de Chad, ya que alberga a cien mil refugiados y está vinculado con la rebelión de Darfur. La presión internacional parece seria esta vez. Las guerrillas de Darfur, el Ejército de Liberación de Sudán (ELS) y el Movimiento por la Justicia y la Libertad (MJI) no buscan la independencia de este territorio marginado, pero sí pretenden ser incluidas en el proceso de paz, del cual se les ha apartado, al igual que a toda la oposición no armada. El MJI tiene el apoyo del líder islamista Hassan al-Turabi. Apartado del Gobierno por el presidente al-Bashir en 1999, represaliado pero aún influyente. Al-Turabi ha sido de nuevo encarcelado, a la vez que numerosos oficiales originarios de la provincia insurgente. Al-Turabi siempre se ha opuesto a un acuerdo con el sur, y Darfur podría no ser otra cosa que un pretexto, y un arma, en una nueva lucha por el poder.
El ministro de Asuntos Exteriores de Sudán, dice que el Gobierno de Sudán hace todo lo necesario para desarmar las milicias de Darfur.
El ministro de Asuntos Exteriores de Sudán, Mustafà Osman Ismail, ha lamentado que se esté hablando de intervención militar internacional \»cuando el Gobierno de Sudán hace todo lo necesario para desarmar las milicias de Darfur y aplicar el acuerdo firmado hace tres semanas con Kofi Annan, secretario general de la ONU.\» En Jartum, la ciudad donde confluyen el Nilo blanco y el Nilo azul, el Congreso Nacional, el partido en el poder, ha rechazado las amenazas, ha declarado movilización general y ha advertido que se opondrá con la fuerza a una intervención extranjera, asegurando que las tropas expedicionarias serán derrotadas. El régimen de Jartún considera, en una palabra, que el clamor suscitado por la situación de la población de Darfur y este proyecto de intervención son un pretexto para una operación militar en Sudán, como ocurrió en Irak, y antes en Somalia.
Nadie ha levantado la voz para denunciar las atrocidades cometidas contra las tribus de Darfur.
La Administración BUSH proyecta que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución que dé pie a una intervención en Sudán, a lo que se opone China, Rusia y Francia. La tentativa de la ineficaz Unión Africana de que el Gobierno de Omar al-Bashir y los jefes rebeldes lleguen a un acuerdo ha fracasado, entre otras razones, por su exigencia de alcanzar una plena autonomía regional y percibir el 15% de los ingresos de la explotación del petróleo, iniciada en 1999 por las compañías extranjeras. El MPLS -el principal grupo rebelde- ha pedido el envío de tropas extranjeras para garantizar la distribución de la ayuda internacional a la población. En los países árabes se repite la misma historia de Irak. Nadie ha levantado la voz para denunciar las atrocidades cometidas contra las tribus de Darfur, como antaño nadie lo hizo cuando los kurdos eran aplastados por Saddam Hussein. Pero todos se han percatado ahora de que la intervención planeada tiene como principal objetivo desintegrar Sudán, pese a que su régimen, bajo las presiones estadounidenses, ha modificado su rumbo político en los úiltimos años, tras la expulsión de Ossama Bin Laden.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una resolución que exhorta al gobierno de Sudán a desarmar a las milicias árabes en la región de Darfur.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado, en la fecha, una resolución que exhorta al gobierno de Sudán a desarmar a las milicias árabes en la región de Darfur, en el oeste del país. En la resolución del Consejo de Seguridad, se cambia «sanciones» por «medidas». Para ello le da un plazo de 30 días, y si el gobierno sudanés no cumple, el organismo de la ONU se reserva el derecho de aplicar «medidas» económicas y diplomáticas. La resolución es apoyada por 13 de los 15 miembros del Consejo. China y Afganistán optan por abstenerse. El Consejo requiere que los responsables de las matanzas en Sudán sean detenidos y juzgados. Le solicita además al Secretario General de la ONU emitir un informe en 30 días sobre los progresos alcanzados. Se estima que unas 50.000 personas han muerto y más de un millón ha abandonado sus hogares en Darfur a causa de la violencia protagonizada por las milicias Janjaweed, allegadas al gobierno de Jartum. Además, se calcula que alrededor de 2.200.000 personas necesitan asistencia alimenticia y sanitaria urgente. Según analistas, son necesarios entre 15.000 y 20.000 efectivos para poder detener las masacres en Darfur, que tiene el tamaño de Francia.
La milicia árabe progubernamental Janjawid sigue sembrando el terror por la región de Darfur.
La milicia árabe progubernamental Janjawid sigue sembrando el terror por la región de Darfur con una población musulmana de origen africano, sin que los soldados que el régimen de Jartum afirma haber enviado sean capaces de evitarlo. HRW, la prestigiosa organización humanitaria Human Rights Watch denuncia qu ele Gobierno sudanés no sólo no ha desarmado a las milicias árabes, sino que las ha incorporado a la policia y a otras fuerzas de seguridad. Todo apunta a que los únicos condenados son pequeños delincuentes, pero no los dirigentes o integrantes de las milicias. Omar Hassan al-Bashir, presidente sudanés, acusa a los occidentales de explotar el conflicto para sus propios intereses. ·»América y Europa, -afirma el líder sudanés- tienen objetivos que no pasan por la seguridad y el bienestar de la gente de Darfur (…) El tema de Darfur está atizado por gente que no pretende estabilizar el país, sino que tiene a Sudán en su punto de mira».
El conflicto de Darfur no tiene una raíz religiosa: el conflicto enfrenta sólo a musulmanes.
En Sudán, a diferencia de los rebeldes del S., en su mayoría cristianos y animistas en lucha contra el poder central islámico, el conflicto de Darfur no tiene una raíz religiosa: el conflicto enfrenta sólo a musulmanes. Y aunque las comunidades enfrentadas tiene diferente origen -unas son de origen africano y otras son de origen árabe- más que de una disputa entre árabes y africanos, es una rebelión de grupos étnicos reprimidos por el poder central: Jartum ha beneficiado siempre a las comunidades de origen árabe y discriminado a las de origen africano. De hecho, los dos grandes grupos armados rebeldes de Darfur -el Ejército de Liberación de Sudan y el Movimiento por la Justicia y la Igualdad- no buscan la independencia, sino una mayor descentralización y un trato justo por parte de Jartum hacia las comunidades de origen africano.
El Consejo de Seguridad de la ONU amenaza al Gobierno sudanés con sanciones a su sector petrolero.
El Consejo de Seguridad de la ONU amenaza al Gobierno sudanés con sanciones a su sector petrolero.
Las tensiones aumentan en la zona oriental de Chad a medida que los refugiados de Darfur en el Sudán cruzan la frontera.
Las tensiones aumentan en la zona oriental de Chad a medida que los refugiados de la atribulada región de Darfur en el Sudán cruzan la frontera en busca de seguridad. Se calcula que hay alrededor de 203.000 personas que viven en la actualidad en 11 campamentos superpoblados de Chad, y muchos más podrían llegar debido a que la crisis en Darfur continúa sin resolverse. Este flujo de personas ha puesto al límite de su capacidad los recursos en Chad y muchos pobladores que viven cerca de los campamentos dicen que ellos también sufren escasez de alimentos y de agua. También hay informes sobre enfrentamientos étnicos y la presencia de grupos rebeldes del Sudán.