Los liberales ganan las elecciones que se celebran y el liberal William GLADSTONE es nombrado primer ministro en Gran Bretaña (1868-1874). Realiza reformas extraordinarias como la incorporación al cuerpo de funcionarios mediante oposiciones, el voto secreto o la escolarización de todos los niños gracias a un sistema de educación primaria financiado por el Estado. Su relación con la reina VICTORIA, a quien desagradan sus reformas democráticas, dista mucho de ser la que ha mantenido el conservador Disraeli, que deberá estar en la oposición durante los seis años que gobierne GLADSTONE. Será durante el ministerio de GLADSTONE que la reina comience a emerger gradualmente de su estado de luto perpetuo y aislamiento. Con el estímulo de su familia, ella se hará más activa políticamente.

Irlanda está sumida en un creciente descontento, y GLADSTONE considera que ya es tiempo de liberalizar el dominio británico. La opresión sobre Irlanda está pareciéndose cada vez más a la que Rusia ejerce sobre Polonia, y el sector más liberal de la opinión pública británica no puede consentirlo. Para empezar, la Iglesia anglicana es la oficial en Irlanda, y se sostiene mediante impuestos que acaban pesando sobre el campesinado, católico en su práctica totalidad (salvo en el Noreste). El 26 de julio de 1869, GLADSTONE impone una ley por la que aquella Iglesia deja de ser la oficial para un pueblo que no es anglicano. No resulta fácil llevar a la práctica esa disposición, pues se oponen tenazmente el clero anglicano y los más conservadores.

GLADSTONE es famoso por sus desacuerdos con Victoria y DISRAELI durante su carrera política.

GLADSTONE dimite en 1874 como primer ministro británico.

1879 ha sido un año de mala cosecha y la prosperidad mengua en Gran Bretaña. Cuando DISRAELI (ahora conde de Beaconsfield) convoca nuevas elecciones para obtener de ellas un refrendo a su política, resulta vencido. La administración de DISRAELI cae en 1880 cuando los Liberales ganan la elección general de ese año. GLADSTONE ha abandonado la jefatura de los liberales cuatro años antes, y la reina invita a Lord Hartington, líder liberal de los Comunes, a que cree un ministerio. No obstante Lord Hartington declina la oportunidad, argumentando que ningún ministerio liberal puede trabajar sin Gladstone y que él no servirá a nadie más. GLADSTONE se convierte en primer ministro por segunda vez (1880-1885). Durante este mandato, elimina la corrupción del sistema electoral y logra que las mujeres casadas tengan un mayor control sobre sus bienes.

El gobierno británico, presidido por GLADSTONE, partidario de la paz, no desea ir a una guerra con los boers por el tema de la República de Sudáfrica, y el 5 de abril de 1881 reconoce de nuevo la independencia de la República de Sudáfrica, pero insiste en que sea admitida la soberanía nominal de Gran Bretaña, como un artificio para salvar la cara.

Swazilandia se hace independiente de la República de Sudáfrica y se acoge a la protección británica.

GLADSTONE, que considera prudente hacer concesiones a los irlandeses, propicia la aprobación de una ley, en agosto de 1881, que sirve para aligerar las rentas excesivamente altas y para dar a los arrendatarios irlandeses ciertas seguridades de que no serán despojados de las tierras en tanto satisfagan las rentas. En conjunto, como sucede con tantas reformas, se llega demasiado lejos como para disgustar a los terratenientes conservadores, y no lo bastante lejos como para satisfacer al campesinado irlandés.

Un oficial del ejército egipcio, Ahmad Urabi, no sólo se opone a los occidentales, sino también a que los altos puestos del ejército los desempeñen turcos y otros individuos no egipcios. Él populariza la consigna “Egipto para los egipcios”, y va ganando poder a partir de 1881. El virrey de Egipto, Tawfiq, se da cuenta de que su gobierno no puede durar, pues se ve obligado a hacer paulatinas concesiones a Urabi. Entonces llama en su auxilio a Gran Bretaña y Francia. Estas naciones responden con prontitud, y barcos de ambas hacen su aparición frente a Alejandría el 20 de mayo de 1882. Esto enfurece a la población de aquella ciudad, que se rebela el 12 de junio y da muerte a unos cincuenta europeos. Los franceses se muestran reacios a dejarse arrastrar a una intervención directa, pero no es así el caso de los británicos, los cuales bombardean Alejandría el 11 de julio. Ante estos hechos, Urabi declara traidor a Tawfiq, y el movimiento nacionalista se endurece aún más. A continuación, los británicos desembarcan 25.000 hombres al mando de Garnet Joseph Wolseley, a fin de proteger el Canal de Suez. El Gobierno inglés es el del liberal Ewart GLADSTONE.

Los conflictos de VICTORIA con GLADSTONE continúan durante sus últimos años. La fuerzan a aceptar sus reformas electorales propuestas, incluyendo el Acta de Representación del Pueblo de 1884, que aumenta considerablemente el electorado.