VIGILIO (Papa) (537-555)

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VIGILIO fallece en Siracusa en el camino de regreso de Constantinopla.


VIGILIO, papa, permanece un año más en Constantinopla y obtiene de JUSTINIANO I una Pragmática Sanción que concede algunos privilegios a la Iglesia y asegura el dominio imperial en Italia. En apariencia, el titubeante y ambicioso Papa ha conseguido lo que deseaba. La realidad, sin embargo, se revelará muy diferente. VIGILIO fallece en Siracusa en el camino de regreso. Sus restos llevados a Roma, reciben sepultura, pero no en S. Pedro, sino en S. Marcelo a causa de la impopularidad como hereje. Durante los siglos siguientes, la poco edificante historia de VIGILIO será utilizada repetidas veces por los adversarios del poder papal. A finales de la Edad Media será esgrimida para sostener la superioridad del concilio sobre el Papa -que históricamente ha sido herético en alguna ocasión- y también será empleada por la Reforma protestante como argumento a favor de una autoridad espiritual basada en las Escrituras y no en una jerarquía basada por hombres. Aducida durante el Concilio Vaticano I en contra de la infalibilidad papal, la formulación de ésta como dogma contribuirá a sumergir el episodio de VIGILIO en el olvido.