En Líbano, la comunidad cristiana maronita nace a principios del siglo V en la región del río Orontes entre los discípulos del santo anacoreta Marón en torno a un convento convertido en importante centro religioso y agrícola de la Siria segunda bizantina.
IGLESIA CRISTIANA MARONITA
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Los monjes se trasladaron junto a un grupo de sus seguidores a una región montañosa del Líbano.
En el siglo VIII, los monjes maronitas se trasladan junto a un grupo de sus seguidores a una región montañosa del Líbano, donde permanecerán en relativo aislamiento durante siglos. Es precisamente durante este período, dónde ellos comenzarán a desarrollar una identidad distintiva, elegirán a un obispo propio como cabeza, quién tomará el título de Patriarca de Antioquía y de todo el Este.
La totalidad de la Nación Maronita se aviene a una cuestionada unión con Roma
Los Maronitas entran en contacto con los Católicos Romanos (latinos) recién en el siglo XII durante las cruzadas, cuando se instaura el Principado Latino de Antioquía. En el año 1182, la totalidad de la Nación Maronita se aviene a una cuestionada unión con Roma, dado a que hay una fuerte tradición entre los maronitas, la cual niega la falta de Unión por parte de los Maronitas, con la Santa Sede. El Patriarca JEREMIAS II Al Amashitti, (1199-1230) fue el primer Patriarca Maronita en visitar Roma, con el objeto de asistir al IV Concilio Lateranense en 1215. Esto marcó el comienzo de una estrecha relación con la Santa Sede y, por otra parte, la de una creciente tendencia a la latinización. En el siglo XVI, se produjo la invasión turca a la tierra natal de los maronitas, y el comienzo de largos siglos de dominación bajo el Imperio Otomano. Un Sínodo que traería aparejadas grandes reformas tuvo lugar en el Monte Líbano durante el año 1736, allí se delineó el Código de Cánones de la Iglesia Maronita, creando una estructura diocesana regular por primera vez en su larga historia, dónde se dejó establecido los principales rasgos de la eclesiología maronita actual.