Se establece el Comité Preparatorio de la Región Autónoma de Tíbet con el Dalai Lama como presidente y el Panchen Lama y Zhang Guohua en calidad de vicepresidentes.

En abril de 1955 la India cede a China el control de las líneas telefónicas, los telégrafos y el servicio postal del Tíbet.

En 1956 comienza en el Tíbet la reforma agraria en Kham y Amdo: se expropian tierras de grandes monasterios y aristócratas para repartirlas entre los campesinos. Se suceden actos de resistencia, y algunos equipos de trabajo comunistas, chinos y tibetanos, son masacrados. La represión del Ejército no se hace esperar. Las promesas chinas de autonomía real (Acuerdo de los 17 puntos) se incumplen, y de forma paulatina se inicia la campaña de asentamientos chinos en Tíbet.

El Dalai Lama viaja a la India para el Buddha Jayanfi y comenta a Nehru que desea permanecer en ese país. Zhou Enlai y Mao prometen que no se llevarán a cabo reformas forzadas y el Dalai Lama regresa a Lhasa.

En 1956, se establece un comité para preparar una constitución para el Tíbet, el Dalai Lama es nombrado Presidente y el Panchen Lama Primer Vicepresidente. En ese mismo año se crea la \»Región Autónoma del Tíbet\» con el Dalai Lama XIV como su presidente.

El Plan para la Liberación Pacífica del Tibet, es implantado pero no sobre todo el territorio, por cuanto las regiones de Kham Oriental y Amdo son consideradas como provincias chinas, llevándose a cabo una reforma radical de la tenencia de las tierras. En junio de 1956 y a consecuencia de esta reforma, estalla una rebelión en estas dos regiones, la cual, respaldada por la CIA estadounidense , se extiende hasta Lhasa. Esta rebelion será reprimida de forma sangrienta.

La relación entre la victoriosa y monolítica República Popular China y aquella sociedad gobernada por la religión, el Tíbet, no podía acabar bien. En marzo de 1959, el Dalai Lama recibe una invitación para una velada teatral en la residencia del gobernador militar chino en Lhasa, que es interpretada por la población como un intento de secuestro para trasladarle a Pekín, que no podía aceptar otra autoridad en todo el país que no fuese la comunista. La secta \»Sombrero amarillo\» inicia en Lhasa una sublevación. La espiral de violencia desemboca en una guerra civil en Tíbet, con numerosos focos guerrilleros apoyados por EEUU. que se extienden en 1959 por casi todo el país. Las tropas tibetanas se unen a la revuelta en contra de los chinos. Todo el Tíbet central estalla en una revolución que es reprimida con más de 90.000 muertos, mientras que el occidental, gobernado por el panchem-lama, se mantiene en relativa calma.

El 28 de marzo de 1959, Zhou Enlai, Primer Ministro del Consejo de Estado de China, dicta orden de disolver el gobierno local del Tíbet y declarar que sus funciones y autoridad sean conferidas al Comité Preparatorio para la Fundación de la Región Autónoma del Tíbet. Aunque el Panchen Lama está virtualmente prisionero en Lhasa, los chinos lo muestran como el jefe del gobierno del Tíbet en ausencia del Dalai Lama, quien tradicionalmente ha sido el gobernante de la región.

El último de los Dalai Lamas, Tenzin Gyatso, decimocuarta encarnación del principio de la compasión universal, es forzado a abandonar su tierra tras 9 años de resistencia pacífica en contra del régimen invasor. El Dalai Lama XIV, disfrazado de soldado chino, huye del Tibet a la India a lomos de un yak. Allí fundará un Gobierno en el exilio inaugurando un éxodo que en 2002 secundarán ya cerca de 150.000 compatriotas. Los tibetanos siempre han mantenido buenas relaciones con India, de donde llega el té, bebida nacional, y casi todo lo que no se puede conseguir en Tíbet. El Himalaya no es un obstáculo insalvable y, en todo caso, es preferible a tener que recurrir a China, enemigo histórico, que siempre ha defendido su derecho a ejercer la soberanía en Tíbet. Por su parte, el Panchen Lama que está virtualmente prisionero en Lhasa, los chinos lo muestran como el jefe del gobierno del Tíbet en ausencia del Dalai Lama, quien tradicionalmente ha sido el gobernante de la región.

En abril se da inicio a las «reformas democráticas». Miles de tibetanos son ejecutados, encarcelados o enviados a campos de trabajo. Empieza la destrucción de monasterios. Queda abolido el sistema feudal de siervos y señores, se crean las primeras comunas «comunistas», se confiscan las tierras de los monasterios sublevados y se indemniza por la pérdida de sus tierras a quienes se han mantenido al margen de la revuelta. Las tierras y el ganado se reparten entre los antiguos siervos.