NICÉFORO I (Emperador bizantino) (802-811)

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Una conspiración depone a Irene, emperatriz de Bizancio, y coloca en el trono a Nicéforo I.


En octubre de 802, una conspiración depone a IRENE, emperatriz de Bizancio, y coloca en el trono a NICÉFORO I (802-811), que ha sido su ministro de finanzas. La emperatriz es desterrada a la isla de Lesbos, donde morirá un año más tarde. Por su decisión de restaurar el culto de las imágenes es considerada santa por la Iglesia Ortodoxa. En cuanto a los asuntos europeos, NICÉFORO hereda la problemática con CARLOMAGNO debido al título de Emperador de Occidente que ha obtenido el rey franco del Papa LEÓN III recientemente (el día de Navidad del año 800). NICÉFORO defiende las tesis bizantinas de la existencia de un único emperador, heredero del antiguo Imperio romano como se consideran los emperadores bizantinos. Tratará asimismo de mantener las posesiones bizantinas del Adriático septentrional (Venecia, Istria y Dalmacia), amenazadas por los francos y vitales tras la pérdida de Rávena. NICÉFORO no reconocerá nunca el título imperial de CARLOMAGNO.

ESTAURACIO, nombrado emperador bizantino, hijo de NICÉFORO I.


ESTAURACIO, nombrado emperador bizantino (811), hijo de NICÉFORO I. Durante la campaña contra los búlgaros del kan KRUM, planteada para sojuzgar definitivamente a este pueblo, ESTAURACIO resulta paralizado por la herida producida por una espada en la batalla de Plisca (26 de julio de 811), en la que muere su padre NICÉFORO I. ESTAURACIO es salvado por la Guardia imperial, que le retira del campo de batalla, protegiéndole como heredero de la corona. A causa de sus heridas, es coronado formalmente en Adrianópolis, siendo la primera vez, desde la deposición del último emperador de Occidente en 476, que un emperador es coronado fuera de Constantinopla. No obstante, la gravedad de sus heridas hace imposible pensar en su recuperación, por lo que durante su corto reinado tendrá lugar una constante pugna en la corte imperial por la sucesión.