ICONOCLASTA. CONTROVERSIA… (s VIII y IX)

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Las primera pinturas cristianas son datables de finales del s. II y aún entonces no son objeto de culto.


El uso de las imágenes aparece expresamente prohibido en la Biblia (Ex 20;4). Esta prohibición fue mantenida estrictamente por los primeros cristianos y, de hecho, las primera pinturas cristianas son datables de finales del s. II y aún entonces no son objeto de culto. (De hecho, el culto a las imágenes no parece ser anterior al s. IV e incluso el uso del crucifijo no se producirá hasta el siglo X)

En un año, los musulmanes son repelidos con lo que el avance del Islam queda frenado en Oriente.


En un año, los musulmanes son repelidos con lo que el avance del Islam queda frenado en Oriente. Desde entonces Constantinopla y Anatolia gozarán de relativa seguridad, aunque seguiran ataques intermitentes hasta mediados del siglo IX y en algunos de ellos los árabes llegarán muy cerca de Constantinopla. (El primer ataque con el consiguiente asedio se produjo en 674). Una vez expulsados los musulmanes de Constantinopla, LEÓN III reforma la vida religiosa del Imperio. Se opone a la superstición y a la comercialización de la milagrería que se ha apoderado de la cristiandad bizantina en esta época, así como al elevadísimo número de monjes que escapan al servicio militar y a los impuestos. En consecuencia, LEÓN prohibe las estatuas y pinturas que sirven de base a aquellos milagros, y pide adhesión a la condena bíblica de la idolatría. O sea que toma una postura «iconoclasta» («rotura de imágenes»)

LEÓN III el Isáurico promulga un edicto por el que prohibe las imágenes en las iglesias.


La representación de Dios está prohibida en el judaísmo. Los cristianos no tuvieron problemas al principio y fue surgiendo un arte cristiano especialmente centrado en la representación de Cristo. Pero con la irrupción del Islam, que también prohíbe representar a Dios en imágenes, y la postura del emperador al respecto, surge una fuerte corriente enemiga de las imágenes. Así, LEÓN III el Isáurico que está decidido a acabr con las imágenes, promulga, en 726, un edicto, que aunque no prohibe las imágenes en las iglesias, limita su uso. Influenciado tal vez por el Islam al que ha combatido, posteriormente ordena que se quiten de las iglesias todas las representaciones de santos extendiéndose a las imágenes de Cristo y de la Virgen. Concretamente, en la fecha, el emperador destruye una imagen de Cristo muy venerada que se encontraba encima de la puerta de su palacio de Constantinopla. Parece, pues, que el emperador LEÓN III el Isáurico quiere purificar la religión popular y limitar de pasada, la influencia de los monjes, grandes defensores de las imágenes.

Las iglesias orientales se replantearán en la denominada “Controversia iconoclasta” la licitud de las imágenes.


Así, pues, durante más de un siglo -hasta el 843- las iglesias orientales se replantearán en la denominada “Controversia iconoclasta” la licitud de las imágenes. De hecho, los cristianos de los primeros siglos habían manifestado su oposición a las representaciones de la divinidad, que ellos consideraban como ídolos. Sin embargo, desde el siglo III, las catacumbas habían sido decoradas con representaciones de personajes y escenas de las Escrituras. Y aunque la tradición bizantina concede a las imágenes una función pedagógica, “sermones silenciosos”, “libros para iletrados”, se las venera como si fijaran la presencia de aquel o aquella que es representado. Algunos se inquietan por ello y hablan con respecto a las imágenes (iconos en griego) de superstición e incluso de idolatría.

El Papa convoca un concilio en Roma en el que excomulga a los iconoclastas.


En la fecha, el nuevo Papa, GREGORIO III, convoca un concilio en Roma en el que amenaza con la excomunión a los iconoclastas (quien destruye pinturas o esculturas sagradas, iconos). De hecho, el emperador LEÓN III el Isáurico ha intentando hacer firmar al papa un edicto prohibiendo las imágenes en los templos. El papa se ha negado, con lo que las relaciones Roma-Bizancio se enfrían aún más. Durante el siglo VIII, los iconoclastas, imbuidos de rigor religioso, temen que la veneración de las imágenes de Jesucristo, de la Virgen y de los santos -los iconos- degenere en idolatría. Las polémicas religiosas apasionan a todos los bizantinos, desde el emperador hasta el pueblo. La Iglesia bizantina y la Iglesia de Roma se disputan la dirección del mundo cristiano. Las diferencias litúrgicas y las querellas entre el papa de Roma y el patriarca de Constantinopla se irán sucediendo hasta que se produzca el cisma definitivo de 1054.

El emperador LEÓN III confisca todas las propiedades del Patrimonio de San Pedro en Sicilia y el sur de Italia.


El emperador LEÓN III se venga confiscando las tierras que los papas poseen en la isla de Sicilia, auténticos graneros con los que vienen dando de comer a los pobres de Roma desde hace más de doscientos años. Quita el sur de Italia de la jurisdicción del papa y lo pone bajo la jurisdicción del patriarca de Constantinopla, además de apropiarse de muchos bienes de la Santa Sede.

CONSTANTINO V Coprónimo es nombrado emperador de Bizancio. Vence a ARTAVASDO.


CONSTANTINO V Coprónimo, esto es, «nombre excrementicio», porque de niño defecó durante su bautizo, se convierte en emperador del Imperio bizantino (741-775). Es hijo de León III Isáurico. Vence al usurpador ARTAVASDO -ferviente sostenedor de las imágenes sagradas- y se enfrenta con éxito a búlgaros, árabes y eslavos. CONSTANTINO V prosigue la política iconoclasta. Da lugar a abundante controversia e incluso a la rebelión, pero se mantiene firme.

CONSTANTINO V, emperador de Bizancio, legitima la herejía iconoclasta.


Bizancio olvidándose de sus próximos y poderosos enemigos malgasta sus energías en la lucha entre ortodoxos e iconoclastas. CONSTANTINO V, emperador de Bizancio, reúne en el año de la fecha un sínodo en Constantinopla -conocido por Concilio de Hieria-. Parece que no es invitado el papa ni los patriarcas de otras sedes. Preside el concilio Teodoro de Efeso, decidido enemigo de las imágenes (iconoclasta) y asisten 338 padres conciliares. Se condena el culto y la fabricación de imágenes haciendo legitimar la herejía iconoclasta y excomulgando a sus opositores. Los monjes se opondrán a estas decisiones, y muchos serán perseguidos. Incluso, algunos morirán en el martirio. Este concilio, que se pretende sea el séptimo ecuménico, nunca será reconocido por la Iglesia. Las decisiones del sínodo se implantan por la fuerza. Todos los obispos del Imperio son obligados a firmar las decisiones del sínodo. Algunos monjes serán martirizados: el abad Esteban (764). Otros emigran a occidente.

PABLO I -papa-. Hermano menor del anterior Papa, Esteban II.


PABLO I -papa- ( 26.4.757-28.11.767). Hermano menor del anterior Papa, Esteban II. PABLO I da refugio a numerosos monjes griegos que huyen de la furia iconoclasta de CONSTANTINO V, quien persigue con saña a quienes no se doblegan a ella.

El emperador bizantino CONSTANTINO V, se alía con DESIDERIO, rey de los lombardos.


El emperador bizantino CONSTANTINO V, obcecado en su iconoclastía y furioso por la pérdida de ciudades italianas donadas por PIPINO III el Breve a los papas, se alía con DESIDERIO, rey de los lombardos, para recuperarlas. DESIDERIO deja muy claro enseguida que no se siente ya obligado por las promesas que ha hecho al anterior papa Esteban y se dispone a tratar de recobrar las tierras que PIPINO ha donado a la sede de San Pedro. El papa PABLO I suplica a PIPINO que intervenga una vez más, pero el rey de los francos, aunque está dispuesto a presionar a DESIDERIO, no cruza los Alpes ni envía tropas. Tanto DESIDERIO como PABLO tienen, pues, que llegar a un compromiso. Mientras tanto, el emperador CONSTANTINO V, consternado por el hecho de que unas tierras que él considera suyas hayan ido a parar a manos del papa, plantea una amenaza al tratar de establecer sendas alianzas con los lombardos y con los francos. Por otra parte, sigue practicando la política iconoclasta iniciada por el emperador León III tratando de atraer a PIPINO y a sus obispos hacia su política iconoclasta, pero los francos se resisten, para gran alivio del papa.