La tensión entre EEUU. y Libia se ha enconado sin pausa desde 1980 y alcanza su paroxismo a principios de este año, cuando REAGAN decreta el bloqueo económico como respuesta a la más que probable complicidad de GADDAFI en los atentados registrados en los aeropuertos de Roma y Viena, en diciembre de 1985.

El primer incidente armado se produce en la fecha, después de que los libios dispararan cinco misiles tierra-aire de fabricación soviética contra aviones de la VI Flota en el golfo de Sidra. La represalia es fulminante Aviones estadounidenses sobrepasan el paralelo 32º 30′ que marca las aguas territoriales libias en el golfo de Sidra y bombardean diversos objetivos, entre ellos una base de misiles SAM5. En las 24 horas siguientes, prosiguen los ataques, hundiendo varias lanchas patrulleras.

El líder libio Muammar el GADDAFI, amenaza con atacar las bases norteamericanas en España e Italia en el caso de que sean utilizadas en una mueva intervención de los EEUU. contra Libia.

El presidente libio Muammar el GADDAFI, advierte que si los EEUU. atacan a Libia, tanto España como Italia y los países árabes que den cobertura a la VI Flota norteamericana se verán implicados. En respuesta a estas declaraciones, el gobierno español llama a consultas a su embajador en Trípoli.

“Todas las ciudades del sur de Europa, sin discriminación, están declaradas parte de la zona de contraataque libio en el caso de que se produzca un nuevo ataque estadounidense contra Libia”, declara el presidente de este país Muammar el GADDAFI.

Ronald REAGAN ordena el bombardeo de Trípoli y Bengasi, dos principales ciudades libias, en represalia por los atentados que han sufrido ciudadanos estadunidenses. Es el ataque más fuerte del gobierno de REAGAN contra el régimen de Moammar GADDAFI en el que se causan decenas de víctimas entre la población civil, concretamente 37 muertos, entre ellos una hija del dictador, pero éste sale indemne. Revelaciones posteriores demostrarán que el verdadero objetivo ha sido eliminar al coronel GADDAFI. El ataque generará severas críticas en el bloque comunista y entre los países árabes. Desde ese momento, moderará su tono antioccidental y sus actividades proterroristas.

A las cuatro de la madrugada, el presidente REAGAN aparece en la televisión para justificar el acto de guerra, congratularse del éxito de la Operación Cañón el Dorado (“una acción preventiva contra las instalaciones terroristas”) y advertir urbi et orbi. “Hemos hecho lo que debíamos y lo volveremos a hacer si es necesario””No sólo tenemos el derecho, sino también la obligación de defendernos…”.. La cruzada contra el terrorismo, contra el “perro rabioso” como REAGAN apostrofó a GADDAFI, había pasado de las amenazas retóricas, de las escaramuzas en el golfo de Sidra, a una acción bélica de envergadura.

Esta claro que REAGAN no manda sus barcos y sus aviones a vengar los actos de terrorismo o defender la libertad de navegación en el golfo de Sidra sin tener en cuenta otros objetivos. El duro castigo infligido a GADDAFI sólo es comprensible como corolario de una estrategia que se propone no sólo detener el frenético expansionismo adherido como filosofía al integrismo musulmán, sino demostrar que los EEUU. no van a retroceder ante el empleo de la fuerza para defender sus intereses vitales. La gesticulación bélica en el Mediterráneo vincula el poderío estratégico a una deliberada voluntad de liquidar un foco de perturbación que amenaza con socavar las posiciones norteamericanas en el Próximo Oriente.

El gobierno austriaco asegura a través de su ministro del Interior, Karl Blecha, que “no hay el más mínimo dato que implique a Libia” en el atentado cometido el 27 de diciembre pasado en el aeropuerto de la capital austriaca y que fue, con el de Roma, el pretexto esgrimido por Washington para iniciar la escalada bélica contra el régimen de Gadafi.

En Chad el reconocimiento, en 1988, del gobierno de Habre por parte de Libia, supone la distensión interna entre las fuerzas contendientes, las cuales continuarán una labor más soterrada de desgaste para socavar el poder del Presidente Habre.