A medida que la Primera Guerra Mundial avanza, la fatiga, común ya en Europa, se extiende a la India, pero mientras los soldados del frente occidental creen al menos que luchan por la superviviencia nacional, los indios se aperciben de que dan sus vidas en Oriente Medio simplemente para ampliar los límites del Imperio británico y no por ellos mismos. Al iniciarse la guerra, no hay escasez de reclutas indios. Durante sus etapas finales, Gran Bretaña tendrá que limitarse a utilizar patrullas de leva. La autoridad británica en la India ha descansado menos en la coerción militar que en el respeto por la superioridad moral y material de la civilización británica. Al desaparecer esta superioridad, los días de la soberanía británica están contados. El gobierno británico responde al malestar causado por la guerra con un compromiso -la Declaración Montagu de 1917-, que en la India se interpreta como una promesa de que se concederá la categoría de dominio, o sea, con autogobierno. Al despertar esperanzas que Gran Bretaña no cumple, la Declaración Montagu acelera el proceso de la oposición antibritánica.

Gran parte del éxito político de GANDHI es el resultado del aura de santidad que rodea a su persona y que le vale la devoción de las masas hindúes. Tras su regreso a la India, abandona la vestimenta occidental en favor de un taparrabos, y se identifica c la causa de los «intocables», la clase más baja de la sociedad india, a los que da el nuevo nombre de «Hijos de Dios». El 30 de marzo comienza en Delhi la primera campaña de «satyagraha» (resistencia sin violencia) en escala nacional para protestar contra las medidas restrictivas a la libertad personal que los ingleses se proponen mantener aun después de la guerra.

A la Primera Guerra Mundial sigue en la India una gran epidemia de gripe que causa gran mortandad, lo cual incrementa el malestar causado por la guerra. El principal centro de desorden es el Punjab, donde se han concentrado la mayor parte de las patrullas de leva británicas. En la fecha, una reunión prohibida en la ciudad punjabí de Amritsar es dispersada por tropas armadas con rifles y ametralladoras. La lista oficial de víctimas es de 379 muertos y más de un millar de heridos. El general Dier, responsable de la orden de abrir fuego, se muestra impenitente. Continúa la matanza, con flagelaciones públicas, y obliga a los indios, que pasan por una calle donde ha sido asaltada una misionera británica a recorrerla de forma humillante, a cuatro patas. La matanza de Amtirsar es la mayor atrocidad cometida en la historia del Imperio británico. Pero no será tanto la matanza en sí misma, sino los intentos para justificarla lo que exacerbará los ánimos.

Mohandas Gandhi emerge como el dirigente de los nacionalistas indios. Es atípico en relación con los demás nacionalistas del mundo, porque insiste en una política de no violencia y de desobediencia pasiva. Ha apoyado a los británicos durante la primera guerra mundial, con la esperanza de que Gran Bretaña otorgue luego mayor autogobierno a la India. Pero sucede todo lo contrario. Una vez terminada la guerra, el gobierno británico decide luchar contra el movimiento nacionalista, permitiendo a las autoridades entender en procesos de sedición sin el concurso de jurados, y proceder al internamiento de las personas sin juicio previo. Esta especie de tiranía induce a Gandhi a proclamar un día de cierre y de paro laboral. Desafortunadamente, no todos los nacionalistas entienden la entrega de Gandhi a la causa de la no violencia, y en Amritsar, en la India septentrional, se producen motines (10 de abril de 1919) en los que resultan muertos cinco ingleses y apaleada una inglesa.

En Amritsar, el general Dyer ordenará abrir fuego contra la multitud de los manifestantes, y causará 279 muertes. Gandhi suspende el «satyagraha». Gandhi busca no sólo la liberación política del dominio británico, sino también la emancipación espiritual de materialismo de la civilización occidental. Reclama precisamente para la India aquella superioridad espiritual que los dominadores británicos se han arrogado hasta entonces.

Las reformas introducidas por Gran Bretaña en la India inmediatamente después de la guerra, en 1919, aunque suponen una mejora sustancial, no parecen la mejor vía para poder alcanzar el autogobierno. Antes de la Primera Guerra Mundial no existía en la India ningún movimiento capaz de organizar una exigencia masiva de independencia. El Congreso Nacional indio era una sociedad burguesa de debates, que se reunía brevemente cada mes de diciembre y luego permanecía inactiva durante un año. Pero, ahora, después de la guerra, el Congreso aparece como un movimiento de masas que se está convirtiendo en el foco de resistencia a la soberanía británica en la India. El hombre que ha conseguido esta transformación es GANDHI. En efecto, el «faquir semidesnudo», como lo llamará con desprecio el primer ministro británico Winston Churchill, se convierte en el símbolo de la lucha por la independencia mediante la no violencia, la resistencia pasiva y la desobediencia civil.

Fallece Srinivasa Ramanujan (de nacionalidad india) a los 32 años, sin duda el matemático más intuitivo del siglo xx. Con su temprana muerte dejó pendientes una gran cantidad de descubrimientos.

GANDHI obtiene el control del Partido del Congreso y el aval a su opinión de que «la cooperación con este gobierno satánico es pecaminosa». En el verano de 1920, GANDHI inicia una campaña de no-cooperación. Pero fracasa. Millares de funcionarios indios, aun cuando simpatizan con los ideales de GANDHI, temen el riesgo de perder sus puestos.

En la India, a finales de 1921, muchos de los seguidores de GANDHI están desilusionados.

Mahatma GANDHI es sentenciado a seis años de prisión por las autoridades británicas, acusado de desobediencia civil. Con la prisión de GANDHI parece diluirse la resistencia organizada al dominio británico.