A partir del 800, Monte Albán, capital de los zapotecos, empieza a declinar. Unos años depués, la capital pasa a Zaachila, muy cerca de la anterior, ciudad fundada por un gobernante del mismo nombre.

Mucho se especulará sobre cuáles han podido ser las causas de la decadencia y extinción del “Viejo Imperio” maya, pero ninguna llegará a imponerse. Entre las principales aducidas están: l) los frecuentes y fuertes temblores que experimenta la región; 2) un cambio climático que trajo consigo una alteración en el régimen pluvial, el cual dificultó los cultivos en la comarca. Los mayas vivían al límite de la capacidad del ecosistema, severas sequías sólo podían conducir a una catástrofe demográfica; 3) las epidemias de paludismo y de fiebre amarilla; 4) el fracaso del sistema agrícola maya por el abuso del desmonte; 5) las luchas del pueblo contra el grupo minoritario de sacerdotes y nobles.

Para mediados del siglo X, todas las principales ciudades mayas del centro están en ruinas. Los gobernantes mayas han competido, mediante la guerra y el encargo de construcciones cada vez más ambiciosas, por llenar el vacío de poder que ha dejado la desaparición, en 700, de Teotihuacán. Las presiones sobre el campesinado para que proporcione alimentos y mano de obra han hundido la economía agrícola, a lo que ha seguido la malnutrición, el descenso de población y el caos político. La población se dirige hacia el N. de Yucatán o a las tierras altas de Guatemala. Establecen su gobierno en Chichén Itzá y posteriormente en Mayapán.

Por estas fechas, se presentan en la parte central y sur de la península de Yucatán los toltecas, que vienen a vigorizar la antigua cultura. Se origina el renacimiento maya con la cultura “maya-tolteca” y da principio el “Nuevo Imperio”. Este abarcará aproximadamente desde comienzos del siglo XI hasta fines del XVII y quedará limitado a sólo la mitad norte de la península. Se divide en tres períodos: el “Nuevo lmperio” I, época del renacimiento maya en que se constituye la Liga de Mayapan (987 a 1194); el “Nuevo Imperio” II, que corresponde a la Hegemonía de Mayapan (1194 a 1441 ); y el “Nuevo Imperio” III, el período de Desintegración (1441 a 1697).

Inicia el período “Nuevo lmperio” I, época del renacimiento maya en que se constituirá la Liga de Mayapan (987 a 1194). El recién llegado grupo tolteca introduce innovaciones culturales diversas: religiosas, artísticas, políticas, sociales, etc. Una muy importante de orden político es la creación de una confederación, la Liga de Mayapan, integrada por: 1 ) los itzáes establecidos en Chakanputún (Champotón), 2) los cocomes de Mayapan y 3) los xiúes de Uxmal. Unos 200 años tendrá de vida la Liga del Mayapan.

Una facción liderada por un sacerdote adscrito al culto de Tezcatlipoca se enfrenta a Quetzalcoatl, venciéndole y expulsándole de Tula junto con sus seguidores. Los toltecas inician entonces un dominio político sobre un vasto territorio dominando la Península de Yucatán y en ella el centro maya de Chichén Itzá.

Las ciudades Tiahuanaco y Huari son abandonadas, alrededor de la fecha, posiblemente como consecuencia de una prolongada sequía.

Al finalizar el primer milenio, en el centro del continente americano se hallan las culturas de los mayas, incas y aztecas, de más de 3000 años de antigüedad que crean construcciones impresionantes, son buenos astrónomos y matemáticos y poseen un calendario muy preciso. Sin embargo, no encontramos en ellos el dinamismo, el ritmo del progreso, que vemos en los pueblos asiáticos y europeos. Es posible que les falte para ello el trato con unos vecinos que vivan y piensen de distinta manera. Esta situación no experimentará ningún cambio hasta la llegada de los descubridores europeos. Entonces lo hará de la manera más cruel imaginable. En el momento del cambio de milenio, los habitantes de América del norte y del sur viven de manera muy poco diferente que sus antepasados del final de la Edad de Piedra. Lo mismo se puede decir también de los aborígenes australianos y de los habitantes del sur de África. En cambio, África septentrional, dominada por el Islam, se diferencia muy poco en cultura, política y economía de los países situados al este del Mediterráneo.