Alejandro TOLEDO, de Perú Posible, es elegido presidente de Perú (2001-2006)

Dos masacres perpetradas por paramilitares en 1991 y 1992, en lo más álgido de la guerra contra Sendero Luminoso, han servido al Congreso peruano para acusar a Alberto Fujimori -que se encuentra en el Japón- de crímenes de lesa humanidad a fin de lograr que Japón lo extradite -a lo que se niega- o se le pueda perseguir internacionalemnte.

Perecen 293 personas, un 30 % de ellos niños, en el centro histórico de Lima, a consecuencia de la explosión de material pirotécnico.

Dos coches bomba explotan en Perú días antes de la visita del presidente BUSH. Mueren nueve peruanos.

Un comando del movimiento terrorista peruano Sendero Luminoso hace estallar una carga explosiva frente a la embajada de EE.UU. en Lima; perecen 9 personas y 50 resultan heridas.

En octubre de 2005, Fujimori hace oficialmente público su deseo de participar en las elecciones presidenciales del Perú en el año 2006. Su candidatura es tachada por el Jurado Nacional de Elecciones, al recalcar el impedimento político que el Parlamento Peruano ha sancionado.

El 7 de noviembre de 2005 Alberto Fujimori viaja a Chile, donde es detenido por las autoridades de este país iniciándose, a instancias del gobierno peruano, el 11 de noviembre del mismo año, un proceso de extradición en su contra.

En Perú es elegido de nuevo presidente del país, Alan García. El 28 de julio asumirá la presidencia (2006-2011). Pese al recuerdo amargo de su primera presidencia (1985-1990), Alan García, a quien hasta sus más duros enemigos reconocen sagacidad política y brillante oratoria, logró que los peruanos le dieran una segunda oportunidad. Planteó su mensaje al país como “un acto de contrición” con propósito de enmienda sobre esos “errores del pasado”: “En esta segunda oportunidad moriremos en el empeño de no fallar, no defraudaremos”. Los resultados han sido del 53,5% para Alan y el 46,4% para Humala.Tal como se esperaba, la derrota de Humala fue recibida con júbilo por los mercados; la bolsa tuvo un alza del 4,04% y el nuevo sol se revalorizó frente al dólar. Los votos de Lima, donde se concentra un tercio del electorado, definieron el regreso de García al poder. De los 16,5 millones convocados a las urnas, un tercio se concentra en la capital Lima. García obtuvo el 63 % frente al 36 % de Humala. Humala arrasó en los empobrecidos departamentos andinos de Ayacucho, Arequipa, Puno, Cuzco, Apurímac y Huancavelica, mientras que García tuvo un claro apoyo en la costa norte y sur. En la selva amazónica, la votación fue más disputada, con ventaja para el candidato nacionalista.

Alán García asume la presidencia 21 años después de acceder al poder por primera vez, cuando Perú vivía una terrible guerra terrorista. En 1990, Alan García dejó el país en la ruina, la inflación llegó al 7.500% anual, estatizó la banca y el FMI consideró al país “inelegible”. Ahora recibe un país con un agudo déficit social, pero con cuentas saneadas. Ningún presidente, en las últimas cuatro décadas, heredó un panorama económico tan favorable, con las cuentas en orden, crecimiento económico sostenido, inflación controlada y auge turístico y exportador. Su gran reto es mejorar el injusto reparto de los bienes y reducir la alta tasa de pobreza, que alcanza al 48% de la población.

Con la victoria de Alan García en Perú, el presidente CHÁVEZ de Venezuela queda más aislado que nunca. En apariencia, CHÁVEZ se lleva mejor con el derechista colombiano Alvaro Uribe, estrecho aliado de EEUU., que con un socialdemócrata como Alan García. Las relaciones de Caracas con México están congeladas, sin presencia de embajadores, y las que mantiene con Lima y Managua se encuentran al borde de la quiebra. En varias ocasiones, CHÁVEZ se comprometió a romper formalmente con Perú si triunfaba Alan García. Analistas venezolanos independientes dudan de que cumpla su promesa porque tendría menos capacidad para influir en Humala y para crear dificultades al nuevo gobierno. Ante el enfriamiento de sus relaciones con Lula por la intromisión venezolana en las nacionalizaciones decretadas por Evo Morales, Chávez ya solo tiene el apoyo de los pequeños países caribeños, a los que compra su voto en la Organización de Estados Americanos (OEA) a cambio de unos barriles de petróleo.