El dinero ha vuelto a tener un precio en Japón. Como preveían los analistas, el banco nipón ha decidido elevar los tipos un 0,25%, poniendo fin a casi seis años de tipos de interés cero. Las razones de esta medida se basan en la reciente mejora de la economía nipona. Japón lleva cuatro años y medio registrando crecimientos mensuales y la autoridad monetaria ahora cree que este ritmo es sostenido y se ha estabilizado. Asimismo, el paro se sitúa en el nivel más bajo de los últimos ocho años y el índice de precios al consumo es positivo, con lo que parecen alejados los antiguos temores de deflación. Las previsiones indican que este año la economías del Sol Naciente crecerá un 3%. Según JP Morgan, “el alza de ayer es el primer paso hacia la normalización de la segunda economía del mundo”. El gobernador del Banco de Japón, Toshihiko Fukui, precisó que “no se entrará en una serie de subidas de tipos consecutivas”, con lo que se tardará un tiempo antes de que se produzca otra subida. Las autoridades monetarias quieren ser prudentes y no repetir los errores del 2000, cuando el alza de tipo ahogó la incipiente recuperación económica.

Es elegido por el Parlamento japonés, el nuevo primer ministro, Shinzo Abe. Ha anunciado que creará un ministerio especial encargado de velar por los asuntos relacionados con los secuestros de ciudadanos japoneses por espías norcoreanos en los años setenta y ochenta. El titular será su mano derecha y nuevo secretario de Estado, Yasuhisa Shiozaki, que unificará las dos responsabilidades. La medida significa que Abe quiere dar la máxima relevancia al tema de los trece ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte, para proporcionar a sus espías gente capaz de de transmitirles una lengua japonesa coloquial y actualizada. Es una historia triste y sombría, que incluye casos de adolescentes que desaparecían sin dejar rastro en una playa al regresar del colegio y eran embarcados en submarinos norcoreanos. Los secuestrados no fueron los únicos japoneses en sufrir un destino trágico en Corea del Norte. Diez años antes, muchas esposas japonesas de coreanos residentes en Japón, que habían decidido regresar a Corea para contribuir a la reconstrucción de la nación, desaparecieron en la paranoia carcelaria del régimen, que las consideró espías.

A lo largo de toda la crisis abierta por Corea del Norte, EEUU. y Japón han ido avanzando en la realización de su antiguo proyecto de escudo antimisiles, orientado contra China y los recursos militares rusos del Extremo Oriente, pero en gran parte justificado en la amenaza nuclear norcoreana. Las pruebas de tal escudo realizadas hasta ahora, con un gasto extraordinario, sugieren, con bastante claridad, que tal sistema no funciona. Sumándolo todo, Selig Harrison, un experto americano en Corea del Norte, declaró lo siguiente tras la explosión nuclear norcoreana; “EEUU. ha construido un sistema de defensa de misiles que no funciona, para la defensa contra unos misiles de Corea del Norte que no funcionan y que podrían llevar una cabeza nuclear que tampoco ha funcionado”.

La negociación sobre el programa nuclear de Corea del Norte, entre EE. UU., Japón, Rusia, China y las dos Coreas, celebrada del 18 al 22 de diciembre, acaban sin alcanzar ningún acuerdo y sin una fecha fijada para retomarla. Las conversaciones a seis, reanudadas en Pekín tras permanecer 13 meses suspendidas, han estado marcadas por las acusaciones mutuas entre EE. UU. y Corea y con el bloqueo financiero de Washington sobre Pyongyang como gran escollo entre ambos. El negociador norcoreano no ha descartado nuevas pruebas nucleares, como la llevada a cabo el pasado octubre

Un católico dirigirá el destino de 128 millones de japoneses a partir de hoy (24/9/2008 a 15/9/2009). Se trata de Taro Aso, ex ministro de Exteriores de Japón y secretario general del gubernamental Partido Liberal Demócrata (PLD). Aso relevará a Yasuo Fukuda, que dimitió a principios de septiembre. De 68 años, el mandatario tiene la victoria asegurada gracias a la abrumadora mayoría del bloque gubernamental en la Cámara Baja.

Taro Aso, del Partido Liberal Democrático (PLD), cesa como primer ministro de Japón.

Es investido primer ministro de Japón, Yukio Hatoyama (16/9/2009 a 8/6/2010) sucede a Taro Aso.  Pertenece al Partido Democrático (PDJ),  que ha conseuido la mayoría absoluta poniendo fin a más de cincuenta años de poder del Partido Liberal Democrático (PLD).

Yukio Hatoyama dimite como primer ministro japonés. Su cota de popularidad se ha despeñado desde más del 70% hasta un paupérrimo 17%. Y esta misma semana un sondeo del diario Nikkei indicaba que el 63% de la población creía que debía dimitir. Detrás de este estado de ánimo de la población se halla una gestión gubernamental catastrófica, salpicada de escándalos de financiación oculta, que ha manchado a Hatoyama y a Ozawa. La gota que colmó el vaso fue el anuncio, el pasado viernes, de su fracaso a la hora de negociar el desmantelamiento de la base militar estadounidense de la isla de Okinawa. Tras ocho meses de conversaciones, Hatoyama ha reconocido que no ha podido cumplir su principal promesa electoral y que la polémica base de Futenma se mantiene para garantizar la seguridad de Japón y de toda la región del este de Asia.

El Parlamento japonés ha elegido por una cómoda mayoría al ex titular de Finanzas Naoto Kan como nuevo primer ministro del país. El sexto en menos de cuatro años. El progresista Partido Democrático de Japón (PDJ) pretende así cerrar nueve meses de catastrófica gestión de su antecesor en el cargo, Yukio Hatoyama, recuperar la confianza de los electores y evitar una catástrofe en las elecciones al Senado del próximo mes de julio. Kan reune todas las condiciones. Se trata de un político que nunca se ha visto salpicado por irregularidades en la financiación de su partido, algo bastante usual en la política nipona. Se ganó la confianza del mundo de las finanzas gracias a una gestión rigurosa y realista, y está considerado un político dotado con más capacidad que Hatoyama para tomar decisiones e imponerse a sus detractores.