WALIATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (716-756)

Total de piezas: 32

Para los cronistas del Islam, lo que ha ocurrido en Covadonga ha sido una rutinaria escaramuza.


Para los cronistas del Islam, lo que ha ocurrido en Covadonga ha sido una rutinaria escaramuza de las tropas musulmanas que no encuentran razón para entrar en batalla con los rebeldes del norte -banda de asnos salvajes- y desde luego sin ninguna consecuencia histórica. El interés fundamental de los musulmanes es dirigirse hacia los Pirineos Orientales y la Galia que siguen en poder de los godos. Sin embargo, teniendo en cuenta las diferencias de potencial bélico, el resultado de la Batalla de Covadonga es una fuerte inyección de moral para los hombres de PELAYO y para sus sucesores que, en los años siguientes, adelantarán sus posiciones.

El actual emir Anbasa ibn Suhaym al-Kalbi, termina la conquista del Reino visigodo.


El actual emir Anbasa ibn Suhaym al-Kalbi, que no continúa las acciones militares hasta reforzarse internamente. En el año 724 organiza un fuerte ejército. Aún quedan sin conquistar algunas ciudades del reino visigodo, ahora dirigidas por la aristocracia local. Todas caen en esta campaña: comienza con Carcasona, en 724, y acaba en Nimes, punto extremo del dominio visigodo en la Galia, en 725. Con ello se acababa la conquista del reino visigodo.

A los ásrabes les es imposible dominar los remotos pueblecillos de los Pirineos.


El campesinado que se ha refugiado en las montañas pirenaicas, ha ido, poco a poco, prosperando y haciéndose cada vez más fuerte apoyados por los carolingios. Y a pesar de que los árabes han conseguido cruzar los Pirineos en su ofensiva para conquistar Francia, les es imposible dominar los remotos pueblecillos del Pallars y Ribagorza; apenas vale la pena intentarlo.

Siguen una serie de emires.


Siguen los emires (walíes): Abderramán al Gafiqi (2ª vez)(730-732); Abd al-Malik al-Fihrí (1ª vez) (732-734); Uqba ben al-Hachchach al-Salulí (734-741); Abd al-Malik al-Fihrí (2ª vez) (741)

Carlos Martel, detiene el avance de los musulmanes por Occidente obligándoles a retroceder.


El emir Abd al Rahman el Gafequi cruza los pirineos en un nuevo intento de proseguir la conquista del suelo europeo y avanza por Aquitania. Carlos MARTEL, venido en socorro de Eudes duque de Aquitania, a la cabeza de los francos en las batallas de Tours y Poitiers (Actual Departamento de Vienne), en el lugar conocido todavía como “Moussais – la – Bataille” detiene -en la fecha- el avance de los musulmanes por Occidente y les obliga a volver hacia los puertos pirenaicos y la Península Ibérica, impidiendo así definitivamente una mayor expansión del islam. Abd al Rahman el Gafequi es vencido y muerto. Carlos MARTEL recibe por todo ello el calificativo de “Salvador de Occidente”. Su intervención le valdrá el homenaje del duque de Aquitania. Este es uno de los mayores reveses sufrido por los musulmanes en su intento de conquistar Europa. Los musulmanes, tan sólo controlan la Septimania en la Galia, pero en la península Ibérica sólo queda fuera del islam la cornisa cantábrica y la franja pirenaica.

Los musulmanes mantienen en la península la división provincial de los visigodos.


Los musulmanes mantienen en la península la división provincial de los visigodos que era la heredada de la época romana y así, los musulmanes fijan seis provincias o “koras”, algunas de las cuales reciben el nombre de la capital: Braga (Galicia), Mérida (la Lusitania romana), Toledo (la Cartaginense), Zaragoza (la Tarraconense), al-Ándalus (la Bética romana) y la Septimania (al Nordeste de los Pirineos, con capital en Narbona). Los musulmanes, sin embargo, acuñan el término “al-Ándalus” para designar a la Península o a la zona por ellos gobernada, mientras entre los cristianos del norte y en Occidente en general se empleará el de “Spania”, término de origen bizantino, derivado a su vez de Hispania

Durante los años 739 a 762, un despoblamiento general asolará las tierras de la cuenca del Duero.


En 739, los bereberes de la cuenca del Duero se dirigen hacia el sur debido en su mayor parte a que son expulsados por los cristianos cántabros. Ya no volverán los musulmanes a asentarse en territorio burgalés hasta las postrimerías del milenio, en que Almanzor se asentará durante breves años. Durante los años 739 a 762, un despoblamiento general asolará las tierras de la cuenca del Duero en parte dirigido por ALFONSO I para crear un vacío de tierras con carácter defensivo entre la Cordillera Central y las montañas cantábricas y así, al mismo tiempo, concentrar las tropas cristianas en las montaña. Durante el reinado de ALFONSO I los asturianos se atreven ya a salir de sus refugios montañosos y así se emprenden constantes expediciones bélicas cuya misión no es ocupar nuevos territorios sino, muy al contrario, despoblar lo que conquista. ALFONSO I realiza una empresa genial al crear un vacío estratégico al sur de su pequeño reino. Con él asegura su pervivencia.

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En vista del peligro beréber, Damasco envía a la Península un potente ejército de diez mil sirios.


La situación de los bereberes en la península Ibérica que ya es insostenible, se agrava por momentos originándose una formidable insurrección abierta al conocerse las victorias de los? norteafricanos contra los árabes en el África. El valle del Duero ha quedado despoblado y el emir de Córdoba, ABD AL-MALIK, no puede hacer frente a las tropas bereberes viéndose obligado a pedir ayuda al califa de Damasco. Rápidamente, y en vista del peligro beréber, Damasco envía a la Península, en el año 741, a un potente ejército, uno diez mil guerreros, al mando del general BALCH formado en su mayor parte por sirios procedentes de grupos? guerreros acantonados en Siria y Egipto. Estas tropas sirias logran vencer la sublevación bereber en la batalla de Guadalete y a continuación optan por establecerse también en Andalucía y el Algarve.

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En el Emirato dependiente, sigue otra serie de emires.


En el Emirato dependiente sigue otra serie de emires: Balch ben Bishr al-Qushayrí (741-742); Talaba ben Salama al-amilí (742-743); Abul Jattar al-Kalbí (743-745); Thuwaba al-Chudhamí (745-746); Yusuf al-Fihrí (746-756).

Musulmanes procedentes de Damasco pondrán el nombre de Elvira a la futura Granada.


En el año 745, un destacamento rezagado del ejército musulmán procedente de Damasco, que ha intervenido en la conquista de la Península Ibérica, se dirige a Córdoba con la intención de reclamar el botín prometido por su participación, pero llegan tarde, el reparto ya ha concluido, así que las autoridades cordobesas les ofrecen un lugar alejado y situado en las estribaciones de una alejada sierra (futuro Granada). Los sirios no tienen más remedio que aceptar, pero no imaginan en qué convertirán aquella decisión, tomada con tan poco entusiasmo, con el paso de los siglos. Los musulmanes le pondrán el nombre de Elvira. Los árabes damasquinos constituyen la capitalidad del territorio al pie de Sierra Elvira, en un lugar llamado Castilla, anteriormente de escasa importancia y al que, después, denominarán Medina Elvira.