CORONA DE ARAGÓN (1162-1716)

Total de piezas: 636

Bandera de la Corona de AragónLa Corona de Aragón englobaba al conjunto de territorios que estuvieron sometidos a la jurisdicción del rey de Aragón, de 1162 a 1716

PEDRO III el Grande, al sentirse morir, manifiesta, ante la terrible carga de la excomunión, que se arrepiente de la toma de Sicilia.


La oposición entre los dos hermanos -PEDRO III el Grande y Jaime II de Mallorca- es tan grande que el rey PEDRO III el Grande, una vez vencidos los cruzados, decide enviar una expedición de castigo a Mallorca que él mismo quiere dirigir. De acuerdo con ROGER de Llúria, se preparan las embarcaciones en el puerto de Salou y, cuando, en la fecha, va de camino de Barcelona a Tarragona, se siente gravemente enfermo. Trasladado a Vilafranca del Penedès, PEDRO III el Grande, al sentirse morir, manifiesta, ante la terrible carga de la excomunión, que se arrepiente de la toma de Sicilia y su deseo de que Sicilia se devuelva a la Santa Sede. La orden de PEDRO III el Grande nunca será cumplida. También ordena a su primogénito ALFONSO que vaya en su nombre a Mallorca y finalmente, manda liberar todos los prisioneros de la guerra con Francia. Confiesa y comulga.

PEDRO III el Grande fallece ,mientras Alfonso, hijo de Pedro dirige la expedición hacia Mallorca.


Cuando ha salido ya una expedición hacia Mallorca, a las órdenes del primogénito ALFONSO para castigar a su tío JAIME II de Mallorca por su colaboración con el rey francés, muere, en la fecha, en Vilafranca del Penedès, PEDRO III el Grande, llamado también «el dels francesos» por haber vencido en la cruzada. Es enterrado en Santes Creus. El historiador catalán, Víctor Balaguer, cree más adecuado el título de «Épico» que el de «Grande», para PEDRO el Grande, rey al que hizo Bocaccio héroe de la más exquisita y delicada de sus novelas, y que mereció ser retratado por Dante en su «Divina Comedia».

Aragón, Catalunya, Valencia y Mallorca, por testamento de PEDRO el Grande, pasan al primogénito, ALFONSO.


Habiendo fallecido PEDRO el Grande, otorga, por su testamento, Aragón, Catalunya, Valencia y Mallorca -entonces en proceso de anexión- al primogénito, ALFONSO, hijo suyo y de CONSTANZA de Suabia, gibelino como su padre. Reinará como ALFONSO III el Liberal (1285-1291)

JAIME II el justo, el segundogénito de Pedro III el Grande, al morir su padre recibe Sicilia (1285-1296)


JAIME II el Justo, el segundogénito de Pedro III de Aragón y I de Sicilia, recibe Sicilia (1285-1296), que queda constituida en dominio de los reyes de Aragón, no de la corte ni del reino de Aragón, sino del propio rey y a título individual. En ningún momento las fuerzas políticas han querido ir más allá, rechazando toda vinculación con el resto de los dominios de la corona de Aragón fuera de la unión personal con el soberano. De hecho, Sicilia nunca se sentirá integrada en la Corona de Aragón, siendo bastantes las revueltas que se originarán por la nunca aceptada presencia de nobles de la Corona en la Isla considerada reino independiente. Esta división que pretende apartar de la Corona la presión internacional y dar cierta satisfacción al Papa HONORIO IV, enemigo de un poder fuerte en Sicilia, no resolverá el conflicto.

ALFONSO III el Liberal, hijo de PEDRO el Grande, entra victorioso en Ciudad de Palma.


ALFONSO III el Liberal, hijo de PEDRO el Grande, entra victorioso en Ciudad de Palma. Es una expedición que comenzada como delegado del rey, culmina como rey. Después de ocupar Mallorca, donde unos cuantos castillos le ofrecen resistencia, ALFONSO pasa a ocupar Ibiza. Las islas son incorporadas a la Corona de Aragón.

En Mallorca, el nuevo monarca de la Corona de Aragón, ALFONSO III, apenas encuentra resistencia.


En Mallorca, el ya nuevo monarca de Aragón -ALFONSO III el Liberal- apenas encuentra resistencia, siendo sólo relevante la del castillo de Alaró. Se cuenta que ante esta fortaleza, de origen bizantino, ALFONSO exige que se le abran las puertas, presentándose como el rey «Alfons»; a lo cual los jefes de la defensa, Guillem Cabrit y Guillem Bassa, responden que no reconocen otro rey que JAIME y que el «anfós» (un pescado) sólo es bueno para comérselo. ALFONSO replica que como a cabritos (por el apellido Cabrit), los asará a ambos en cuanto tome el castillo. En el Ayuntamiento de Palma, una espeluznante pintura recrea el sacrificio de Cabrit y Bassa, pues el rey cumplió su bárbara amenaza.

HONORIO IV se niega a reconocer al hijo primogénito de Pedro III, ALFONSO III como rey de Aragón y a JAIME II como rey de Sicilia.


Aunque de edad avanzada y enfermo de gota, ello no impide a HONORIO IV ocuparse de la situación siciliana en la que no sólo mantiene la excomunión que su antecesor MARTÍN IV ha lanzado sobre PEDRO III de Aragón al hacerse con la corona de Sicilia como consecuencia de las llamadas Vísperas sicilianas; sino que a la muerte de éste, en 1285, se niega a reconocer a su primogénito ALFONSO III como rey de Aragón y a su segundo hijo JAIME II como rey de Sicilia. De inmediato, JAIME II el Justo es excomulgado, en la fecha, por el papa HONORIO IV, junto a los obispos que participaron en su coronación. JAIME responde a la excomunión enviando una flota que destruye la ciudad de Astura.

ALFONSO el Liberal regresa a la península siendo coronado rey, en Valencia.


ALFONSO el Liberal de regreso de Mallorca por la prematura muerte de su padre Pedro III, es coronado rey de la Corona de Aragón, en Valencia, en la fecha. Reinará como ALFONSO el Liberal o el Franco (1285-1291), III de Aragón y II de Catalunya-Valencia-Sicilia. Tiene veintiun años.

Los unionistas quieren imponer al monarca sus candidatos para el cargo del Consejo real.


Los unionistas -o sea, los nobles aragoneses agrupados en la Unión y deseosos de confirmar y aumentar sus privilegios y asentar su autoridad y poder a costa de los del rey- quieren imponer al monarca sus candidatos para los cargos de la Casa del rey y del Consejo real, pero estas pretensiones, consideradas abusivas por un sector de la propia nobleza de Aragón, encabezada por los LUNA, son rechazadas por ALFONSO el Liberal, que decide por su cuenta sobre la composición y funciones del Consejo real y de la Casa del rey (Ordenanza de Huesca, 1286). La actuación del monarca encrespa los ánimos de los unionistas que, aprovechando las amenazas exteriores sobre la frontera catalana y la necesidad de ayudas para la expedición contra Menorca que ALFONSO proyecta, le obligan nuevamente a convocar Cortes en Huesca.