Igualmente, la unificación es entendida por los protestantes como una muestra de una persecución religiosa. Por eso están dispuestos a luchar contra la idea con las armas si es necesario. Los grupos terroristas protestantes más importantes que operan en el Ulster son: Combatientes por la Libertad del Ulster (UFF), Fuerza de los Voluntarios del Ulster (UVF) y la Asocación por la Defensa del Ulster (UDA)

Todos ellos pretenden con sus actuaciones impedir la concesión de la autonomía a la totalidad de la isla y que por lo tanto Irlanda del Norte continúe bajo la autoridad británica, y hay pruebas de que existen vínculos entre estos grupos terroristas protestantes y las fuerzas de seguridad, el Royal Ulster Constabulary, o policía local de Irlanda del Norte

Un portavoz oficial del palacio de Saint James, residencia de los duques de Kent, anuncia que Katherine Lucy Mary Worsley de Windsor, duquesa de Kent, de sesenta y un años de edad, prima de la reina de Inglaterra, abandona la fe anglicana para ingresas en la Iglesia católica. La ceremonia será oficiada por el cardenal Hume en la capilla privada del arzobispado de Westminsten. Katherine Worsley contrajo matrimonio, en 1961, con el duque de Kent quien sigue ocupando el decimooctavo lugar en la linea de sucesión. Posteriormente, dirá: «Sentía una fortísima necesidad de pertenecer a alguien. La Iglesia Católica me garantiza un apoyo emotivo, el calor y la seguridad de una comunidad unida. Pero me da también reglas para la vida de todos los días. Me gusta saber que se espera algo de mí. Me gusta que se me diga: tienes que ir a Misa los domingos, si no hay problemas que te lo impidan. Mi conversión ha sido un gesto impulsivo que se debe a las personas que he encontrado, en particular al Cardenal Basil Hume. Su humildad y delicadeza me han atraído».

La decisión de la duquesa de Kent, vuelve a poner sobre el tapete una cuestión de Estado. La corona de Inglaterra lleva unida a la jefatura del reino la de cabeza visible y primera de la Iglesia anglicana, a la que está unida históricamente desde los tiempos de Enrique VIII. Desde entonces, sólo un miembro de la Casa Real, el rey Carlos II, hace trescientos años, había dado un paso igual, que fue rápidamente rectificado por su heredero. Sin embargo, para muchos anglicanos, la monarquía inglesa debería ser jurídicamente libre de poder adoptar la misma actitud que la duquesa de Kent.

Durante casi cinco siglos, desde 1531, año en que la monarquia inglesa rompió con Roma, el hecho de unificar en la cabeza del monarca los poderes religioso y estatal había significado un elemento de independencia nacional ante Roma y las potencias continentales, de estabilidad y consolidación de la monarquía inglesa. Hoy, esta condición empieza a ser considerada por bastantes como un elemento ancrónico que perturba el desarrollo natural y equilibrado de la institución y que incluso puede afectar gravemente a su futuro. Sin duda, y por mucho que ella misma no quiera ser «una abanderada de nada», ni «dañar a la Iglesia de Inglaterra», su gesto tiene una enorme repercusión y ha representado un golpe más para la corona, justamente nada más acabar un año calificado de «horribilis» por Isabel II al hacer referencia a los conflictos y disgustos que le están ocasionando las acciones de sus hijos y su escandalosa difusión en la prensa.

Atentado en Sidney. Un desconocido dispara a CARLOS en un acto público.

Se inaugura oficialmente el Eurotúnel bajo el canal de la Mancha. Gran Bretaña queda unida al continente europeo.

El IRA anuncia un «cese completo de las operaciones militares». Anuncio efectuado por su brazo político el Sinn Fein. Posteriormente hacen lo mismo los paramilitares unionistas. Londres acepta abrir negociaciones. Pero la historia con toda probabilidad, no acaba ahí, porque los 950.000 protestantes y los 650.000 católicos que habitan el Ulster están separados por unas barreras religiosas, nacionalistas y económicas que no van a desaparecer con la tregua del IRA. Y porque la sangre derramada en los últimos veinticinco años ha creado unos odios muy difíciles de ignorar. Los católicos han sido durante estos años sistemáticamente discriminados en materia de empleo y de vivienda, e incluso negándoles el derecho a votar. Representantes británicos mantienen su primera reunión con el Sinn Fein.

Divorcio de Camila y Andrew Parker Bowles.

Los unionistas (protestantes), recelosos de que el Reino Unido vaya a abandonarles, han convertido el desfile por barrios católicos de la ciudad de Portadown y de Belfast es una demostración de su intransigencia y una afirmación de su identidad. En efecto, la Orden de Orange, grupo protestante con más de cien mil miembros en la actualidad en el Ulster y connotaciones tanto religiosas como políticas, organiza, para estas fechas, -aniversario de la Victoria en la batalla de Boyne en 1690- tres mil desfiles todos los años, en los que sus miembros tocan las flautas y hacen retumbar los tambores. Dos de éstos, los de Portadown y la Ormeau Road de Belfast, son particularmente conflictivos por atravesar, debido a los cambios demográficos, barrios predominantemente católicos. Este año, a pesar de la tensión reinante, se ha resuelto el problema cuando los residentes católicos, en un compromiso de última hora, autorizaron a la Orden de Orange a desfilar con la condición de que fuera en silencio