Los gobiernos de Perú y Bolivia, por su parte, plantean el problema en términos económicos y exponen la necesidad de alternativas previas para los centenares de miles de campesinos que cultivan hoja de coca porque carecen de otra opción. E insisten que la demanda precede a la oferta: de no haber sido por los millones de coainómanos de los países del Norte, los agricultores andinos seguirían plantando coca con el mismo fin que sus mayores. Junto con Colombia, Perú y Bolivia reclaman una responsabilidad internacional compartida. Esta cumbre es un ejemplo más de esa suerte de hiperinflación verbal y congresual que se está dando en torno al problema de la droga.

Es nombrado presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada del MNR (6-8-1993/6-8-1997).

Es nombrado presidente de Bolivia, Hugo Bánzer Suárez (1997-2001), recibe el apoyo del ex presidente Jaime Paz Zamora, quien de ésta manera le devuelve el favor por respaldar con sus diputados del ADN la gobernabilidad del país durante su mandato.

El quid del asunto está asociado con el éxito del objetivo primordial del plan Colombia: la erradicación de los cultivos de coca u amapola, que junto con el secuestro son la principal fuente de financiación de la guerrilla. La experiencia evidencia que las campañas antinarcóticos en Perú y Bolivia se han traducido en un rápido crecimiento de la producción en Colombia y en la consolidación de poderosos carteles que pusieron en jaque al país. Por ello, los vecinos se preguntan si un triunfo sobre el narcotráfico en Colombia podría significarles una pesadilla si se exporta el problema a su territorio, por ello todos refuerzan militarmente sus fronteras con Colombia.

Bánzer, presidente de Bolivia, muere antes de terminar su mandato, siendo reemplazado, en la fecha, por su vice-presidente Jorge Quiroga Ramírez (2001-2002).

Gonzalo Sánchez de Lozada, presidente de Bolivia (6-8-2002/17-10-2003) empieza un segundo mandato, acortado por un levantamiento popular.

Renuncia de su cargo el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, tras una fuerte movilización popular contra su proyecto de exportar gas natural vía Chile. Los disturbios registrados durante todo un mes se saldan con más de 80 muertos.

Carlos MESA, es nombrado, en la fecha, nuevo presidente de Bolivia (17-10-2003/9-6-2005).

Bolivia exporta desde 1999 gas natural a los estados industrializados del sudeste y sur de Brasil. El caso de Argentina es también prometedor, pues, después de un lustro, retomó la compra del gas boliviano el año pasado para hacer frente al invierno, a razón de 4 millones de metros cúbicos diarios, cantidad que en 2005 se elevará a 6,5 millones. Si se concreta la construcción del denominado Gasoducto del Nordeste Argentino, de gran importancia para Repsol YPF, la exportación podría alcanzar los 28 millones en 2007. Uruguay también está interesado en el gas natural boliviano, mientras que en Chile existe una gran preocupación por los efectos que ya tiene en el país la crisis energética argentina, su principal proveedor. Pero Bolivia no solo se niega a vender a los chilenos, debido a un centenario contencioso territorial, sino que además ha impuesto a los argentinos una cláusula para que no desvíe el producto a esta nación transandina.

Carlos MESA, presidente de Bolivia, presenta su renuncia a la presidencia al Congreso boliviano, que le ratifica en el puesto veinticuatro horas después mediante un pacto con los grupos parlamentarios. El acuerdo subraya la necesidad de que la nueva ley energética, que comenzó a debatirse en septiembre de 2004 en cumplimiento de una consulta popular celebrada en julio, preserve la inversión, de forma que la normativa sea \”viable\” para la nación, la condición impuesta por el gobernante para continuar en el cargo. El presidente Mesa, ahora con el apoyo de la mayoría del Congreso, aunque con la oposición de las fuerzas de izquierda y los sindicatos, anticipa que la nueva Ley de Hidrocarburos será buena para los bolivianos y también para las multinacionales extranjeras, entre ellas Repsol YPF. Desde que en Bolivia se descubrieron las reservas de gas natural, que actualmente se sitúan en 52,3 billones de pies cúbicos (las segundas en volumen de Sudamérica por detrás de Venezuela), este recurso energético se ha convertido en la golosina de los países vecinos, que ven en él una salida a la crisis energética regional.