El 2 de agosto de1970, se produce el primer secuestro de un Jumbo. Se trata de un Boeing 747 que viaja con 378 pasajeros a bordo hacia Puerto Rico. El avión, que sale de Nueva York, es obligado a desviarse hacia Cuba. En el aeropuerto de La Habana el secuestrador abandona el avión y se entrevista con FIDEL CASTRO. Tras una escala en Miami, donde el FBI toma declaraciones, el avión vuela hasta Puerto Rico.

Salvador ALLENDE de Chile reanuda las relaciones diplomáticas con Cuba, interrumpidas en 1962.

A finales de ese año, Fidel CASTRO visita Chile por tres semanas. Recorre todo el país, lo que molesta a los opositores a la Unidad Popular. En privado, el líder revolucionario cubano manifiesta su escepticismo ante la vía pacífica de Allende. El 2 de diciembre de 1971, un informe secreto de la CIA despachado a Washington revela las recomendaciones privadas de Castro a los líderes de la UP. Según el documento, Fidel dijo: «Existen muy pocas posibilidades de construir un Estado marxista en Chile si no se usa la violencia».

En Chile, miles de mujeres opositoras salen a las calles a protestar haciendo sonar cacerolas vacías en reclamo por la falta de alimentos. En dicho momento, FIDEL CASTRO se da el tiempo para recorrer en auto la zona oriente de Santiago, pues quiere ver a las mujeres que protestan con sus propios ojos. Según un ex funcionario de la Cancillería Chilena, FIDEL CASTRO queda muy impresionado y en la recepción posterior insta a ALLENDE a reprimir con mano dura la manifestación. El aludido le responde con sequedad: «Aquí yo soy el Presidente». Pese a ello, FIDEL CASTRO recomienda que las mujeres de la UP salgan a las calles a contrarrestar las manifestaciones y dictamina que «la UP no debería preocuparse por la posibilidad de muertos y heridos, ya que la confrontación es el verdadero camino hacia la revolución». Éstos serían los primeros «cacerolazos».

En el acto de despedida del Estadio Nacional de Chile, FIDEL CASTRO, dirá que él y su comitiva «no veníamos a aprender cosas caducas en la historia… ya aprendimos bastante de las libertades burguesas y capitalistas». Agregó: «No estamos completamente seguros que en este singular proceso el pueblo chileno haya estado aprendiendo más rápidamente que los reaccionarios». Al despedirse, en el Estadio Nacional, dijo: «Regreso a Cuba más revolucionario, radical y extremista de lo que vine».

Viaje de FIDEL CASTRO a la URSS, paises socialistas y Argelia.

Pedro Luis Boitel se ha declarado en Cuba en huelga de hambre. Después de 53 días en huelga de hambre sin recibir asistencia médica y solamente con líquidos, muere el 25 de mayo de 1972. Sus últimos días serán relatados por su amigo cercano, el poeta Armando Valladares. Es sepultado en una tumba sin nombre en el Cementerio de Colón en La Habana. Después de la Revolución cubana, Boitel había retornado a Cuba de donde había sido exiliado por el gobierno de Fulgencio Batista y reanuda sus estudios en la Universidad de la Habana. En 1959, Boitel se postula para la presidencia de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Universidad de la Habana es cerrada por el Movimiento 26 de Julio, FIDEL CASTRO lideraba este movimiento. Castro y los otros líderes revolucionarios quitaron su respaldo a Boitel a favor de Rolando Cubelas. Como cristiano, Boitel se empieza a decepcionar de los eventos políticos en Cuba y forma una organización clandestina, El Movimiento para Recuperar la Revolución (MRR). En 1961 Boitel es detenido, acusado de conspiración contra el Estado y sentenciado a diez años en la cárcel.

El modelo soviético se trasluce en la organización económica. Integrada, desde la fecha, en el mercado común de los países del Este -el Consejo Comercial de Países del Este para la Mutua Ayuda Económica (COMECON)-, Cuba renuncia a la industrialización para convertirse en el productor de azúcar de los países hermanos. En esta lógica de la división internacional del trabajo socialista, la dependencia de la URSS ha ido agravándose (aunque FIDEL CASTRO prefiera hablar de solidaridad). De 1960 a 1978, la ayuda soviética alcanza unos trece mil millones de dólares. Treinta años después del triunfo revolucionarío, la asistencia económica y técnica simbolizada por las idas y venidas incesantes de los barcos soviéticos en el puerto de La Habana sigue siendo la condición vital de la supervivencia y del progreso. Los rusos siguen vendiendo a los cubanos un petróleo barato que éstos revenden a precio de mercado internacional a los países vecinos, fórmula por todos hipócritamente aceptada y que proporciona buenos dineros a los cubanos. Cuba, por su parte, paga el petróleo a Rusia con azúcar a cotizaciones netamente superiores a las mundiales.

Durante años, la izquierda chilena mantendrá la idea de que Allende ha sido asesinado, considerando la posibilidad del suicidio como una postura que debilitaría la figura de Allende. Así se dijo: “es más importante el aspecto político de que todo el mundo crea que a Allende lo han matado los militares”. Esta versión cuenta que Allende, encañonado por un capitán que exigía su rendición, respondió “¡Nunca!, tras lo cual recibió un disparo y una ráfaga de metralleta. Esta versión se popularizó por diversos medios, uno de ellos fue un discurso de FIDEL CASTRO dado el 28 de septiembre de 1973 en la plaza de la revolución, en donde describe una versión de la muerte de Allende, aunque en ese mismo discurso, advierte de la posibilidad de que se hubiese suicidado. La versión del asesinato fue avalada incluso por la viuda de Allende (quien había aceptado inicialmente la versión del suicidio).

El primer Congreso del Partido Comunista de Cuba confirma a CASTRO como secretario general. Decididamente, la fase épica de la revolución parece muy olvidada. Muertos, exiliados, encarcelados o entregados a la producción, aquellas decenas de jóvenes apasionados por un ideal que fueron los compañeros de Fidel Castro en el Moncada o en Sierra Maestra. Barridos por el castrismo, los Matos, Bofili, Franqui, Espín, Vera, etcétera. Bajo la presión internacional, el número de presos políticos en Cuba disminuye sensiblemente, pasando de 15.000 en 1965 a 500 en 1985, pero quedan en las cárceles castristas hombres que expían penas interminables por delitos de opinión, presentados como crímenes contra el Estado.