En la década de 1990, el sueño cubano se hace añicos. Las reformas de Mijail Gorbachov, seguidas por la desaparición de la propia Unión Soviética, causan la mayor crisis de la historia de Cuba. Al quedarse aislada del grifo de su apoyo económico y privada de sus socios comerciales casi de la noche a la mañana, el PIB de Cuba cae en un 40%. La gente comienza a meter a Cuba y Haití en el mismo saco. Muchos incluso creen que Cuba puede terminar como tantos países de la Europa oriental lo están haciendo. Pero no será así.

Las experiencias de Cuba y del Este de Europa han sido muy diferentes. Cuba ha vivido su propia revolución, producto de sus propias luchas durante más de cien años. A pesar de sus fracasos y de su dependencia financiera de la URSS, la revolución de CASTRO ha sido «made in Cuba». Los países del Este de Europa también han vivido revoluciones de algún tipo después de 1945 -tras la ocupación nazi y la Seguna Guerra Mundial- pero su socialismo ha estado mediatizado por las circunstancia de que les ha sido impuesto por medio del ejército soviético. Cuando sus régimenes han colapsado en 1989, nadie a salido a las calles a proteger el viejo orden. Los cubanos, sin embargo, tienen mucho que defender: su historia, su sentido de identidad y su amor propio.

Medio centenar de cubanos se refugian en cinco embajadas, entre ellas la española. Las relaciones España-Cuba pasan por su peor momento.

Ante la situación de pobreza en la que ha caido Cuba, FIDEL CASTRO, como en su mejor época, la de los años cincuenta, se arranca con los más certeros mensajes, los más optimistas, los más idealistas, los más revolucionarios, los que más llegan al corazón cubano pero que dejan al cubano sin nada que llevarse a la boca. La verborrea de CASTRO y sus posturas inamovibles son un revulsivo en el exterior, hasta el punto de que dirigentes extranjeros que siempre han expresado su apoyo a CASTRO se alejan claramente de su política y de su persona. En el interior de la isla, a medida que pasa el tiempo, la falta de alimentos de primera necesidad, medicinas, ropa, y la sustitución de automóviles por la bicicleta, se convierten en terreno abonado para la disidencia.

Los hijos del general Ochoa, ejecutado por CASTRO por supuesto delito de narcotráfico, rompen su silencio para acusar a FIDEL CASTRO de oscuras maniobras. La propia hija de CASTRO dice que su padre la tiene secuestrada en la isla y le impide exiliarse a un país democrático. En España, y por primera vez en la historia del gobierno socialista, se recibe en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores a dirigentes cubanos del exilio.

La URSS anuncia la «modernización» de relaciones, lo que pone fin a su unión política, militar y económica con Cuba.

Justo cuando Cuba puede beneficiarse del final de la Guerra Fría y de un posible relajamiento de la actitud hostil de EEUU., los norteamericanos le aprietan las tuercas económicas. La Unión Soviética ha desaparecido, pero la revolución de FIDEL CASTRO sigue siendo una afrenta al nuevo orden norteamericano. No se puede permitir que sobreviva. El acaudalado lobby cubano en el exilio, siempre poderoso en Florida, comienza por vez primera a tener influencia real en Washington. Mientras los cubanos rastrean el mundo en busca de socios económicos, el Congreso de EEUU. Aprueba la Ley de la Democracia Cubana de 1992 ( la Ley Torricelli), que pone nuevos límites al comercio cubano, aumentando la presión sobre los socios comerciales de la isla. Se prohibe entrar en puertos de EEUU. A los barcos que lleven comida a Cuba durante los seis meses siguientes de haber atracado en La Habana y a las compañías subsidiarias de EEUU. Se les impide comerciar con Cuba.

Sin dejar de proteger los logros de la histórica revolución socialista, FIDEL CASTRO y sus asesores económicos se ven obligados a adoptar un programa global de reforma económica que cada vez se empieza a parecer más al capitalismo. Aparte de luchar para aumentar la producción doméstica de alimentos y de buscar nuevos mercados en el exterior, el gobierno busca desesperadamente nuevos socios que inviertan en Cuba. El monopolio estatal de comercio exterior ha sido abolido y la Constitución enmendada, para permitir la transferencia de propiedad estatal a empresas mixtas con socios extranjeros.

Modificación de la Constitución en Cuba, para reforzar el carácter socialista de la revolución.

En Cuba, FIDEL CASTRO permite en 1993 la posesión de dólares estadounidenses y otras divisas.