Consumado el descalabro de los países socialistas, el gobierno cubano crea el programa denominado “Período Especial en Tiempo de Paz”, un plan que pretende navegar entre dos aguas, dado que no aspira a abrir el país a una economía de mercado al estilo del capitalismo liberal, ni a abandonar la gestión de las grandes líneas por el Estado, sino a crear un mercado interno creciente y potenciar sus relaciones de mercado con el resto del mundo. Ese programa dará algunos frutos positivos: se liberalizará el trabajo personal, de manera que se podrán ejercer 117 oficios, en los cuales trabajarán 150.000 personas por cuenta propia, en tanto que los agricultores podrán vender su producción en un mercado libre. Sólo con estas modestas aperturas, Cuba se transformará en un gran mercado, atractivo tanto para invertir como para exportar hacia él. Varios centenares de empresarios muestran su interés. Como otras islas del Caribe, Cuba se volca en la industria turística.

En la fecha, a causa de la catastrófica situación económica, una protesta en el Malecón de La Habana, la manifestación hostil más importante de la historia de la revolución cubana, hace que se piense que la situación se está escapando de las manos. De hecho han fallecido dos policias que intentaban evitar el robo de embarcaciones. Se producen violentos disturbios callejeros. FIDEL CASTRO levanta la vigilancia costera, lo que provoca una huida masiva hacia Florida donde son recibidos con los brazos abiertos. Miles de cubanos abandonan con balsas la isla. Se dice que están votando con sus balsas. Se produce la llamada “crisis de los balseros”. El presidente CLINTON, amenazado por la perspectiva de un flujo imparable de emigrantes cubanos -como había ocurrido ya una vez en 1980- acepta abrir conversaciones sobre este tema, en las que se acuerda fijar la cifra de 20.000 al año.

El ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, Roberto Robaina se reúne en Madrid con representantes del exilio cubano (es el primer encuentro en 35 años). Este tipo de encuentro se repetirá a lo largo de los próximos años, sin haber conseguido grandes logros. Solamente quedará la demostración de que es posible reunirse y hablar de forma pacífica.

Acuerdo entre Cuba y Estados Unidos de América sobre la crisis de los balseros, el Gobierno de FIDEL CASTRO se compromete a frenar el éxodo de refugiados mientras que Estados Unidos concederá 20.000 visados anuales para que los emigrantes entren legalmente en el país.

En Cuba, el turismo desbanca al azúcar en la aportación al país de ingresos brutos, con 1.000 millones de dólares.

Cazas cubanos, en la fecha, derriban dos avionetas con anticastristas.

Se aprueba en EE.UU. la ley Burton-Helms, que tiende a agravar e internacionalizar el embargo que EE.UU. sostiene contra el régimen cubano. Pese a su condena por la OEA y la UE, tampoco Coba ha dado señales de la más mínima democratización de su régimen.

En respuesta a la política de fumigación y de falta de fondos para sustituir cultivos, en Cuba los campesinos se movilizan, decenas de miles se manifiestan y son reprimidos duramente por el ejército. Según el gobernador de la provincia de Putumayo se está incubando una “bomba de tiempo”, pues a las protestas de los campesinos se unen las de otros sectores sociales.

JUAN PABLO II recibe por primera vez a Fidel CASTRO con motivo de una jornada mundial de lucha contra el hambre organizada por la FAO en Roma.

JUAN PABLO II efectúa la primera visita de un Papa a Cuba (21/1-25/1). Algunos han creido que esta visita conduciría a una desestabilización del régimen, pero de hecho se ha convertido en otra victoria de FIDEL CASTRO y otro paso en el camino de la estabilización. Tras cinco días tumultuosos, CASTRO parece haber enrolado al Papa en su campaña contra el capitalismo y el consumo occidentales y haber logrado una matizada declaración papal contra el embargo económico de EEUU. Hacia la isla. En los años posteriores a la visita del Papa, los activistas católicos destacarán en la oposición interna a la revolución, especialmente Osvaldo PAYÁ, con su “Proyecto Varela” y Vladimiro Roca, hijo de Blas Roca, uno de los más famosos teóricos marxistas cubanos.