EEUU. reconoce al nuevo Gobierno español de FRANCO. Antes lo han hecho Francia y Gran Bretaña.

España se adhiere al Pacto Antikomintern de Alemania y Japón -aunque las obligaciones de éste no son muy concretas- declarando su hostilidad al comunismo.

Las cosas cambian en relación al día del Libro y de Sant Jordi, en 1939. El nuevo régimen celebra el día del libro el 27 de abril y la prensa destaca como más vendidos Palabras del Caudillo, los discursos de José Antonio y los libros del falangista Luys de Santa Marina.

La relación, no exhaustiva, de las matanzas colectivas en España comienza en El Arahal (Sevilla), donde anticipándose a la llegada de las fuerzas franquistas liberadoras, los milicianos inundan de gasolina la prisión y la incendian. Todos menos uno perecen abrasados vivos. Y continúa con los asesinados de Cartagena arrojados al mar, los fusilamientos masivos de las prisiones de Ubeda, Ciudad Real, Toledo, Almería, Lérida, Málaga, San Sebastián y el fuerte de Guadalupe, Castellón, Ibiza, Fuenteovejuna, Albacete, Consuegra, Cebreros, Ocaña, Monasterio de Cóbreces, Guadalajara, Bilbao (prisiones de “Ángeles Custodios”, “Larrinaga”, “La Galera” y “Carmelo”) y Martos. Y en los barcos-prisión “Río Segre”, de Tarragona; “Isla de Menorca”, de Castellón; “Astoy Mendi”, de Almería; “Cabo Quilates” y “Altuna Mendi”, de Bilbao; “Atlante”, de Mahón, y “Alfonso Pérez”, de Santander, así como en los pozos de Tahal y de La Lagarta en Almería, y los de Carrión de Calatrava y Herencia.

La justicia franquista parte de la presunción de culpabilidad, con lo cual son los ciudadanos los que deben demostrar su inocencia. Por esto hacen falta avales de personas bien vistas por las autoridades para múltiples gestiones, desde la liberación de un campo de concentración a la readmisión laboral. La arbitrariedad de la justicia franquista favorece que muchas personas utilicen aquel momento para pasar cuentas personales. Las personas bien vistas en el nuevo régimen pueden hacer fácilmente denuncias a contrincantes o enemigos con la seguridad que serán atendidas. En la Modelo de Barcelona, con capacidad oficial para un millar de prisioneros, llegará a tener hasta 13.000 hombres, en condiciones obviamente funestas: los prisioneros morirán agolpados debido a enfermedades como la tuberculosis, la bronquitis o la neumonía.

El 14 de mayo de 1939 se implanta en España el racionamiento con el objetivo de paliar la escasez de alimentos y que se mantendrá con diferente intensidad, durante más de una década. Para conseguirlo se implanta las cartillas de racionamiento, documentos individuales que dan derecho a adquirir los alimentos proporcionados por la Comisaría de Abastos. Los productos que se entregan son garbanzos, bacalao, aceite, azúcar, tocino, pan, tabaco, etc. Las entregas son semanales y se comunican en la prensa. Este sistema de racionamiento va a permitir que, paralelamente, aparezca un mercado negro de alimentos y de productos básicos -estraperlo- que se pueden conseguir a precios prohibitivos y que van a generar auténticas fortunas entre algunos españoles. Con respecto al estraperlo, se producirán algunas detenciones e incluso alguna ejecución, pero la corrupción terminará por convertirse en un sistema con vida propia. Para FRANCO -como dirá en alguno de sus discursos- el sufrimiento que ha de soportar España es, en gran medida, un juicio provocado por la apostasía política y espiritual de la mitad de la nación.

En la fecha ya domina en España el estilo fascista con las invocaciones rituales de FRANCO, FRANCO, FRANCO (a imitación del italiano Duce, Duce, Duce). Se pinta el nombre del caudillo en las paredes de los edificios públicos de toda España, se coloca su fotografía en las oficinas públicas y su efigie en sellos y monedas. Las primeras celebraciones de la victoria llegarán a su punto culminante el 19 de mayo en Madrid, con un deslumbrante desfile -llamado de la Victoria-que se convertirá en una especie de apoteosis de aclamación popular a FRANCO. Los discursos pronunciados anuncian el espíritu vindicativo que va a ser norma en los años siguientes.

Terminada la guerra civil española, el cardenal Isidro Gomá es el encargado de recibir la oración del Caudillo Franco, cuando ofrenda a Dios la espada vencedora, en la irrepetible ceremonia que tuvo lugar el 20 de mayo de 1939 en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid. El Cardenal Gomá ordena que tal espada vencedora sea custodiada en el Tesoro de la Catedral Primada.

En España, casi todas las propiedades que han sido confiscadas o colectivizadas se devuelven a los antiguos propietarios o a sus herederos, con el fin de deshacer lo más rápidamente posible la revolución colectivista que se ha llevado a cabo en algunas partes de la zona republicana. FRANCO y sus ministros tienen su programa particular para llevar a cabo una política nacionalista y estatal, que fomente un rápido desarrollo dentro de una estructura de propiedad privada, pero bajo un fuerte control del Estado y hasta cierto punto, de propiedad pública. Con este fin, el 5 de junio de 1939 FRANCO anuncia que España debe llevar a cabo su reconstrucción sobre la base de la autosuficiencia económica o autarquía, lo que supone un paralelismo con las políticas del momento en Italia y Alemania.

Un decreto del 9 de junio de 1939 sienta las bases para reducir un tercio del tiempo de las sentencias a cambio de hacer trabajo voluntario en ciertos proyectos. De hecho, el 8 de septiembre de este año, empezarán los preparativos para crear varias colonias penitenciarias militarizadas para ayudar a la reconstrucción. Este sistema de trabajo penal se dará en muchos proyectos, especialmente en Marruecos y Andalucía. El más importante, sin embargo, será el monumento conmemorativo del Valle de los Caídos, que luego albergará la tumba de FRANCO.