GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)

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En la primera fase de la República, Domènec BATET i Mestres es destinado a Barcelona.


En la primera fase de la República, Domènec BATET i Mestres es destinado a Barcelona, como capitán general de la IV División.

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Acuciados por sus penosas condiciones laborales, mineros y obreros textiles de Catalunya se hacen con el control de sus centros de trabajo.


La radicalización de las bases durante la primavera y el verano de 1931 termina desembocando en una espiral de violencia alentada por la FAI. Tras las breves huelgas generales convocadas en varias ciudades durante el otoño de 1931, a finales de año concluye lo que se ha denominado «política de tanteo frente al fenómeno republicano» y se inicia una etapa plenamente ofensiva, un período insurreccional cuya primera acción es el levantamiento armado de la cuenca del Alto Llobregat, en Catalunya. Acuciados por sus penosas condiciones laborales, el 18 de enero de 1932, mineros y obreros textiles se hacen con el control de sus centros de trabajo y se adueñan de Figols, Sallent, Súria, Cardona, Berga y otras poblaciones, donde proclaman el comunismo libertario. El Gobierno reacciona con extraordinaria energía y envía unidades del Ejército al mando del capitán general de Catalunya, Doménec BATET i Mestres. La insurrección es reprimida duramente por el ejército. Azaña moviliza por primera vez en la República a las tropas militares para un levantamiento civil. Los anarquistas se radicalizarán y protagonizarán otras insurrecciones y huelgas violentas que durarán hasta 1933. La CNT adoptará una actitud de enfrentamiento con la Generalitat.

El Gobierno, encomienda a BATET -fiel a la República- la tarea de terminar con la rebelión en Catalunya.


Lluis COMPANYS, tras su declaración de Catalunya como «Estat Català de la República Federal Espanyola», telefonea al capitán general de Catalunya, Domènec BATET, máxima autoridad militar, instándole a secundar su proclama. BATET, fiel al poder constituido, habla con Madrid. El Gobierno, ocupado en cerrar varios frentes insurreccionales en toda la Península, le encomienda la tarea de terminar con la rebelión aunque sea a costa de un baño de sangre como le piden los sectores más reaccionarios del ejército, encabezados por el general FRANCO. BATET, catalanista moderado, es fiel a la República.

COMPANYS y los demás consejeros tienen que rendirse.


Reforzada la guarnición local con tropas llegadas de Marruecos, BATET declara el día 7 de octubre el estado de guerra. En consecuencia, Barcelona es ocupada por fuerzas del ejército. La Generalitat, que ha perdido gran parte de sus primitivos apoyos populares por su política de enfrentamiento con las organizaciones obreras, no es capaz de ofrecer una mínima resistencia. Los Mossos d’Esquadra se mantienen del lado de la Generalitat. El local del CADCI es bombardeado y mueren los independentistas Jaume Compte y Manuel González Alba. Unos cañonazos contra el edificio de la Generalitat fuerzan a la rendición. A pesar de que BATET evita al máximo el uso de la violencia, se han producido cuarenta muertos. Las tropas proceden a desarmar a los mossos d’Escuadra. El conseller de Governació de la generalitat, Josep DENCÁS logra huir a través del alcantarillado, pero COMPANYS y los demás consejeros tienen que rendirse. El castigo no se hace esperar. Todos los órganos de la Administración autonómica son suspendidos, y sustituidos temporalmente por un control militar. La abstención obrera de la CNT ha resultado decisiva para el fracaso del 6 de octubre.

Una entidad cultural mexicana encarga a Picasso, la realización de un cuadro sobre las fiestas de los toros.


Una entidad cultural mexicana encarga a Picasso en 1935, o sea antes de comenzar la guerra civil española de 1936, la realización de un cuadro mural sobre las fiestas de los toros, que recoja sus elementos más genuinos.

Lluís COMPANYS regresa a Barcelona siendo objeto de un recibimiento multitudinario.


Merced a la amnistía decretada por el Gobierno del Frente Popular, Lluís COMPANYS regresa a Barcelona el 2 de marzo de 1936, siendo objeto de un recibimiento multitudinario, avanzando por las calles en un coche descubierto escoltado por motoristas de la policía. Condenado a 30 años de prisión por los disturbios de octubre de 1934, ha cumplido sentencia en el penal de El Puerto de Santa María, de donde ha sido liberado.

El alférez de la Guardia Civil Anastasio de los Reyes, es abatido a tiros durante un desfile en Madrid.


Durante el desfile conmemorativo del quinto aniversario de la proclamación de la República, celebrado el 14 de abril de 1936 en Madrid, se producen graves disturbios frente a la tribuna presidencial, situada en el Paseo de la Castellana. Estos altercados cuestan la vida al alférez de la Guardia Civil Anastasio de los Reyes, que es abatido a tiros, resultando también varias personas heridas. Momentos antes se ha escuchado una explosión bajo la tribuna, producida por el estallido de algunos petardos, lo que da lugar a momentos de gran confusión. Rápidamente entra en acción la Guardia de Asalto, produciéndose una cadena de incidentes que termina con la vida del alférez, que se encontraba de paisano entre los espectadores y que recibe dos balazos en la espalda.

Nunca quedará claro qué ha sucedido en la muerte del alferez de la Guardia civil Anastasio de los Reyes.


Nunca quedará claro qué es lo que realmente ha ocurrido en la muerte del alferez de la Guardia civil Anastasio de los Reyes y habrá versiones para todos los gustos, desde que han sido pistoleros comunistas, militantes socialistas o fascistas que buscaban una provocación; también hay quien mantiene que ha sido la misma Guardia de Asalto la que ha abatido a Reyes al creer que había sacado una pistola y trataba de atentar contra el presidente del Gobierno, Manuel AZAÑA. Lo cierto es que ha tenido que ser más de una persona quien ha disparado, puesto que han sido varios los heridos de bala. Anastasio de los Reyes tenía 55 años, no mantenía filiación política conocida y era un guardia civil que hasta ese momento había cumplido sus obligaciones con normalidad y con ausencia de inclinaciones de cualquier signo, lo que aleja en principio un atentado relacionado con una posible ideología política de carácter ultraderechista, como mantendrá alguna otra versión.

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En el entierro del alférez Reyes se originan fuertes enfrentamientos entre los presentes.


El día 16 de abril, en el entierro del alférez Reyes se congregan miles de personas, originándose fuertes enfrentamientos entre los presentes. Se producen algaradas y graves disturbios en todo el recorrido del cortejo fúnebre en Madrid, desde el Paseo de la Castellana hasta la Plaza de Manuel Becerra. Se producen tiroteos entre falangistas y miembros del Frente Popular y es necesaria la actuación de las fuerzas del orden, que tienen que realizar descargas para disolver los tumultos. La jornada se salda con seis personas muertas y muchas más heridas de distinta consideración. En la represión de las refriegas tiene un destacado papel el teniente Castillo, oficial de la Guardia de Asalto, que será protagonista luctuoso de los días inmediatamente anteriores al alzamiento, y que está en el punto de mira de algunos falangistas, deseosos de vengar a sus camaradas muertos y hacer su propia justicia sobre todos aquellos a quienes consideran sus enemigos políticos.