Árido y escasamente poblado, el territorio del desierto de Kalahari no ofrece grandes atractivos a la colonización europea. A partir de 1670 misioneros alemanes, comerciantes europeos y balleneros noruegos comenzaron a llegar a la costa y algunos se aventuraron tierra adentro. El primer explorador extranjero que consigue atravesar el desierto de Kalahari es el británico David Livingstone en 1849. Peor suerte tendrán las caravanas posteriores que intentarán llegar hasta Angola por este territorio, muriendo de sed. La palabra Kgalagadi (kalahari en tswano) significa «gran sed». El desierto del Kalahari atraviesa con sus más de 930 000 km² varios países del sur africano (Botsuana,Namibia y Sudáfrica). En el desierto del Kalahari podremos encontrar una fauna sorprendente: roedores,antílopes, jirafas y leones

El 9 de agosto de 1851 se descubre oro en Australia, y ello provoca una afluencia de gentes de todo el mundo. La población crece con rapidez, y el continente entra en la comunidad internacional. El primer barco de vapor arribará en 1852, se construirán ferrocarriles, y se corregirá en gran medida el aislamiento del país. Pero no todo será de color de rosa. Los aborígenes recibirán un trato tan inicuo como los indígenas africanos y americanos cuando esas regiones cayeron bajo el dominio europeo.

Etiopía, la segunda nación más antigua del mundo en adoptar el cristianismo como religión oficial después de Armenia, ha conservado gran parte de su orientación cristiana a lo largo de siglos, cuando los musulmanes dominan el norte de África, tiene su primer gobernante moderno en la persona de Tewodros (TEODORO) II (1855-1868). Unifica el país y hace cuanto puede para introducir cierta modernización. Elimina el sistema feudal y trata de colocar la Iglesia etíope bajo control regio.

El misionero escocés David Livingstone parte hacia África en busca de las fuentes del Nilo. Su desaparición motivó la expedición de Henry M. Stanley, que consiguió encontrarle en 1871.

A partir de 1870, el desarrollo del capitalismo monopolista y la expansión económica consecuencia del fuerte impulso industrial favorecerán el triunfo de la ideología imperialista y las potencias europeas se lanzarán a la conquista de África. En 1875, solamente algo más del 10% del continente estará dominado por los europeos, mientras que sólo 25 años después, en 1902, se habrá ocupado ya el 90%, con excepción de Liberia, Etiopía y Marruecos.

Fallece en África, el doctor David Livingnstone, médico y misionero escocés. Es encontrado muerto en Chitambo, arrodillado y caído hacia un lado en actitud de ple­garia. Los africanos en prueba de gratitud, llevan su cuerpo hasta la costa en un viaje de 1.000 kilómetros. Será enterrado en la abadía de Westminster.

El sueño colonial de España en África del Norte, recibe nuevo impulso con la celebración, en la fecha, del Congreso de Geografía Colonial (Madrid), la fundación de la Compañía Mercantil Hispano Africana (Barcelona) y la primera expedición de Emilio Bonelli al Sahara Occidental un año después (1884).

En Italia, Giolitti ha de dimitir en 1893. Y considera inteligente abandonar el país por un tiempo. Este suceso lleva por segunda vez a la jefatura del gobierno a Crispi (10 de diciembre de 1893). La miseria extrema ha conducido a levantamientos campesinos y a huelgas socialistas en Sicilia. Giolitti se ha mostrado más bien moderado en su reacción a estos acontecimientos, considerando que el gobierno debe mantenerse neutral. Crispi, en cambio, los reprime con brutalidad. Por otra parte, nombra ministro de Finanzas a Giorgio Sidney Sonnino, un hombre competente. Reorganiza la banca, pone fin a algunas de sus poco sensatas prácticas, implanta la necesaria fiscalidad con mano firme y evita que Italia se precipite en la bancarrota. Pero Crispi, en un derroche de entusiasmo imperialista, decide embarcar a Italia en la aventura africana, con el designio de convertir Etiopía en parte de un Imperio italiano.

Camerún (capital: Yaundé), territorio del África Ecuatorial Francesa. Es reconocido, en la fecha, colonia alemana.

En Marruecos, el tipo de vida de los indígenas y la existencia de una propensión a la guerra santa por su parte hacen inevitables bruscos ataques por sorpresa a las tropas regulares españolas. Los combates se limitan a pequeñas emboscadas y constante tiroteo, pero de esta situación habitual puede derivar otra de descomposición psicológica que produzca el derrumbe del frente. Si, a pesar de ello, la clase política opta por permanecer en el norte de África la razón deriva de una mezcla entre el orgullo nacional y la necesidad de aceptar la responsabilidad atribuida por el resto de las potencias, que hace inevitable intentar asumir una tarea muy ingrata. Los políticos españoles no se atreven al abandono total, pero tampoco tienen ninguna prisa en llevar a cabo la ocupación completa, aunque la permanencia en tan sólo la línea costera se descubre como una imposibilidad total a medio plazo, porque desde ella siempre se hostiliza a las posiciones españolas. Los gastos de la colonización son muy altos para el presupuesto español; en cambio, las ventajas económicas conseguidas han sido siempre escasas. Las Minas del Rif proporcionan un mineral de escasa calidad que es en su totalidad exportado.