Ninguno de los líderes de esta revuelta se hacía ilusiones de vencer a los británicos si éstos decidían hacerles frente en una guerra total. En su lugar, esperaban que los británicos no pudieran permitirse el lujo de desviar tropas del frente de Europa y que simplemente decidieran retirarse de Irlanda, o que, si esto no ocurría, al menos tendrían la esperanza de que la rebelión pudiera llevarlos a la mesa de negociaciones, donde se podría realizar un acuerdo aceptable. Y tal vez lo más importante era que también pensaban que si el levantamiento fracasaba, todos aquellos que murieran por la causa se convertirían en grandes mártires que inspirarían a los irlandeses para organizar otra futura rebelión más exitosa.

No obstante, la tentativa europea de provocar una vuelta atrás en el proceso revolucionario ruso, interviniendo en el conflicto civil que tiene lugar en Rusia, no logra alcanzar el éxito. El escaso apoyo popular obtenido por las tropas blancas, encarnación de los valores del antiguo régimen, y la férrea resistencia del “ejército rojo”, organizado por Trotski, determinan el fracaso de las campañas emprendidas entre 1918 y 1919 por las fuerzas contrarrevolucionarias.

La guerra mundial ha finalizado, y con ella, la época de prosperidad que ha disfrutado la economía española. A partir de entonces se sucede la pérdida de los mercados exteriores, la paralización de la minería no rentable y el abandono de las tierras marginales, que se han puesto en explotación durante la guerra y de las que ya no se extraen beneficios en la época de recesión. Asimismo, la producción industrial disminuye de forma muy acusada y se agrava, además, la crisis interna por la recesión económica que atraviesa Europa. Las ganancias obtenidas durante los años de negocios fáciles, en su mayor parte no son invertidas en la modernización del equipo, desgastado por el enorme esfuerzo al que se le ha sometido en el período anterior, una vez puesto en condiciones de poder competir con la industria europea. Con ello se pierde definitivamente este mercado, lo que repercute en una disminución de la producción y, de los beneficios capitalistas y el aumento del paro obrero.

Rusia, derrotada por Alemania en 1917, se hunde en la revolución, lo que desata el fantasma de una revolución comunista mundial, al menos durante algunos años. Además, el primer aliado del bando vencedor pierde muchos territorios en el este de Europa, en especial los Estados bálticos recién creados y Polonia.

Debido a la transformación de la economía europea en una economía de guerra, España, neutral, ha aprovechado la ocasión para venderles durante la Primera Guerra mundial materias primas y productos manufacturados. Con el fin de la Primera Guerra Mundial, la economía española, que no ha utilizado sus altos beneficios para modernizarse e industrializarse, vive una crisis ocasionada por el final de la extraordinaria demanda que la Guerra había generado. El incremento de precios y la especulación de los años posteriores agrava las consecuencias. La crisis afecta especialmente las finanzas. En 1920, el Banc de Terrassa y el Banc de Barcelona hacen suspensión de pagos. La crisis también afecta a otros bancos, ya que muchos clientes retiran sus depósitos para ingresarlos en el Banco de España.

Ni los católicos ni los regionalistas son capaces tampoco de resultar tan influyentes como para producir un cambio en el sistema político. El tradicionalismo se ha adaptado a las realidades de la política de la Restauración. En determinadas zonas -en especial en el País Vasco- ha aparecido una derecha de significación autoritaria, pero tampoco llega a actuar en la vida pública de forma autónoma. Por otra parte, el maurismo se convierte, tras una inicial fase movilizadora, en una familia más del conservadurismo. Entre 1922 y 1923 hace acto de presencia en la arena política un Partido Social Popular de significación católica que viene a ser la traducción española de un fenómeno que se da en el resto de Europa. Sin embargo, no pasa de ser un intento germinal de movilización de los católicos dentro de la vía democrática y reformista en lo social, pues ni siquiera acude a las elecciones de 1923.

Al final de la Primera Guerra Mundial, con la única excepción de Checoslovaquia, la Dictadura se convierte en el fenómeno más habitual en los países del Este europeo: la escasa industrialización, la debilidad de la tradición liberal, la decepción sufrida por unas masas campesinas que han puesto sus esperanzas en la reforma agraria y la fragmentación de todos estos países en minorías étnicas de difícil convivencia y con un exaltado nacionalismo, hacen imposible el mantenimiento de las instituciones democráticas y liberales en unos países en donde han aparecido por vez primera en esta época.

En la fecha, tienen lugar en Locarno (Ciudad de Suiza) las conversaciones sobre la seguridad europea, firmándose los Tratados de Locarno.

Albania, la única nación europea cuya población es islámica en más de un 50%, se constituye en 1927, en República.

Jueves negro en Wall Street. La prosperidad de los años anteriores ha provocado una fortísima especulación bursátil. Trece millones de acciones son puestas súbitamente en el mercado, provocando pánico financiero. Las cotizaciones se derrumban y los inversores se arruinan. Repercusiones económicas de larga duración. Comienza la Gran Depresión estadounidense, que repercute en Europa.