El sentimiento que el pueblo de los Países Bajos ha tenido hacia CARLOS (V), no puede prosperar bajo la monarquia de FELIPE II. Rey educado en España, desconocedor de sus lenguas y sus costumbres, no puede satisfacer las exigencias de sus súbditos. Su corta estancia en los Países Bajos no le sirve para aprender la distinta realidad de esos dominios. La presencia de los consejos urbanos, de los estados generales, etc, configuran una representatividad política con la que ha de contar irremisiblemente para gobernar esos estados.
PAÍSES BAJOS ESPAÑOLES (1555-1714)
Total de piezas: 86
CARLOS I de España entrega el gobierno de España y de los Países Bajos a su hijo FELIPE, y las posesiones alemanas a su hermano FERNANDO.
Carlos I de España y V de Alemania, abdica en una solemne ceremonia celebrada en la gran sala del palacio de Bruselas ante los Estados de Flandes de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón, y (meses más tarde) de las Indias y de Sicilia. Están presentes, FELIPE, FERNANDO, María Leonor, los caballeros de la Orden del Toisón de Oro, nobles, generales y gobernadores. Su hijo FELIPE II recibe España y los Países Bajos, mientras que las posesiones alemanas serán cedidas a su hermano FERNANDO.
CARLOS I abdica en su hijo FELIPE la corona de España y América.
CARLOS I abdica en su hijo FELIPE (1556-1598) (FELIPE I en Catalunya y Aragón y FELIPE II el Prudente en Castilla) la corona de España y América. Como quiera que las 17 provincias de los Países Bajos están vinculadas al reino de Castilla y, por otra parte, ya CARLOS las había cedido a su hijo en 10/1555, la responsabilidad sobre ellas pasa definitivamente a FELIPE II. FELIPE además de vastas posesiones, hereda una deuda que equivale a la totalidad de los previsibles futuros ingresos de la Corona hasta 1560. FELIPE II acepta la herencia de cumplir con Dios, y con los banqueros de Alemania, lo que aun habiéndose tratado de un mismo reino no era obligatorio. Pero además esas deudas las había generado CARLOS en calidad de emperador y puesto que el actual emperador germánico es ya su tío, justo hubiera sido que FERNANDO asumiera el compromiso de pagarlas. FELIPE II vivirá, en consecuencia, endeudado toda su vida. Los territorios obtenidos por FELIPE II bordean Francia por su frontera oriental.
El protestantismo ha hecho considerables avances en las provincias septentrionales de los Países Bajos.
El protestantismo ha hecho considerables avances en las provincias septentrionales de los Países Bajos, en forma de calvinismo del tipo más radical. En cambio las provincias meridionales siguen siendo católicas. Los protestantes temen el ardiente catolicismo de FELIPE II. Y aparte la religión, los neerlandeses (tanto católicos como protestantes) recelan de la tendencia centralizadora del monarca, de su deseo de tomar las decisiones por sí mismo, y de su voluntad de ignorar los privilegios de que aquellas provincias han disfrutado largamente. Incitadas por fanáticos predicadores calvinistas, las masas, en los Países Bajos, asaltan las iglesias en Yprés, Dunquerque, Armentiéres y otros lugares, destruyendo las imágenes y profanando las Sagradas Formas.
FELIPE II decide introducir ciertos cambios en el gobierno de los Países Bajos.
FELIPE II decide introducir ciertos cambios en el gobierno de los Países Bajos: 1) Estacionamiento de una guarnición de 3.000 soldados españoles en las fortalezas de los Países Bajos; 2) Reorganización radical de la estructura eclesiástica del país que suponía la creación de catorce nuevos obispados y 3) Establecimiento de inquisidores en cada una de las nuevas sedes para perseguir la herejía con mayor eficacia.
Margarita de Parma intenta una política contemporizadora pero el rey restringe las libertades políticas y religiosas.
Los nobles que constituyen este Consejo de Estado intentarán forzar al rey para que no se introduzcan los cambios previstos en el gobierno de los Países Bajos, aprovechando que la situación ofensiva turca en el Mediterráneo obliga a FELIPE II a concentrar todos sus recursos y toda su atención en la defensa del Mediterráneo. Por su parte MARGARITA de Parma intentará una política contemporizadora pero el rey restringirá las libertades políticas y religiosas. FELIPE II es un hombre más inflexible que su padre. Y es que Europa también ha cambiado. El espíritu de tolerancia que representó ERASMO de Rotterdam durante gran parte del reinado de CARLOS V es sustituido en el de su hijo por la dura dialéctica que significan las guerras de religión.
Felipe II nombra gobernadora de los Países Bajos a Margarita de Parma.
FELIPE II nombra gobernadora de los Países Bajos a MARGARITA de Parma, (1559-1567) su hermana bastarda y ha elegido a un Consejo de Estado para asesorar a MARGARITA.
Felipe II, deja el gobierno de los Países Bajos en manos del Consejo de Estado y del cardenal Granvela.
Si FELIPE II hubiera permanecido en Bruselas para supervisar la puesta en marcha de esta nueva política quizá todo hubiera funcionado bien: Sin embargo, vuelve a España y deja el gobierno prácticamente en manos del Consejo de Estado presidido por Antoine Perrenot, obispo de Arrás (conocido posteriormente como Cardenal GRANVELA), al que nombra su ministro principal en los Países Bajos. En realidad, Granvela parece el único ministro de FELIPE II en los Países Bajos, ya que sólo con él discute de política.
La flota en la que regresa FELIPE II, llega al puerto de Laredo, en Santander.
La flota en la que regresa FELIPE II, llega al puerto de Laredo, en Santander y, ya desembarcado FELIPE II, una gran tempestad hunde las naves, pereciendo mil de los hombres y desapareciendo en el mar las colecciones depositadas aún en las bodegas. Para FELIPE es éste sin duda un aviso de Dios, ha salvado la vida, pero no así los numerosos tesoros que hablan de Italia, de los Países Bajos, del mundo que hizo su padre como propio, y que le ha transmitido como herencia. FELIPE se siente confuso. Una vez más promete ante todos sus cortesanos y súbditos dedicar su vida como rey a la única causa que tiene como noble y cierta: ser un monarca que gobernará con la Fe y en nombre de esa misma fe todos sus estados.
El protestantismo y la herejía en los Países Bajos preocupan tanto como las inscursiones de los turcos.
Temía FELIPE II que los turcos atacaran pronto de forma directa los reinos de Europa. Por ello ordena poner en alerta las costas de España y de Italia. Nombres como los de SOLIMÁN, BARBARROJA o DRAGUT corrían ya de boca en boca por todas partes y espantosas historias de crímenes, masacres, asesinatos y violaciones competían con otras atribuidas a los partidarios de la herejía protestante. Constantinopla era el gran mercado de esclavos cristianos y desde los púlpitos y los cuarteles se reclamaba con urgencia una nueva cruzada a estas tierras lejanas. El protestantismo y la herejía en los Países Bajos preocupan tanto como las inscursiones, cada vez más numerosas, de los infieles turcos.