Por estos años, Lidia, antiguo territorio de Asia menor en el centro del extremo occidental de la península, efectuó un gran avance en materia económica. Como medios de cambio solían utilizarse por entonces metales, como el oro y la plata. Eran tan valiosos, que pequeñas cantidades de ellos podían cambiarse por grandes cantidades de mercancias, y esas pequeñas cantidades eran fácilmente transportables. La dificultad radicaba en que cada pieza de oro tenía que pesarse, a fin de calcular su valor. Y siempre quedaba el temor de que el oro o la plata pudieran haberse mezclado con metales menos valiosos. El reino lidio emitió entonces “monedas”, o sea, piezas de oro, plata o una aleación de ambos, en las que estaban estampados su peso y su valor, y que llevaban un retrato del rey o algún otro dibujo que indicara su carácter oficial y garantizara su pureza. La economía monetaria estimuló la expansión del comercio.

Una vez los cimerios han desaparecido de la historia como pueblo, y los escitas se han retirado a Ucrania, Lidia queda sin rival en Asia Menor occidental, convirtiéndose en un poderoso reino bajo ALIATES (619-560 aC). Por entonces los lidios dominan las ciudades-Estado griegas de la costa egea de Asia Menor, pero lo mismo que los monarcas egipcios de su tiempo, admiran la cultura griega y tratan con lenidad a estas ciudades.

El Imperio medo ha llevado su frontera occidental hasta el río Halis, en el centro de Asia menor. En la otra orilla de este río se halla Lidia. Estalla la guerra entre CIAXARES de Media y ALIATES de Lidia, pero se desarrolla de manera cautelosa. Al cabo de un par de años, ambos bandos se lanzan a la batalla decisiva, cuando de pronto se produce un eclipse total de sol. Tan seriamente toman ambos ejércitos lo que consideran una advertencia de los dioses, que la batalla se suspende de inmediato y las dos naciones concluyen la paz. El principal resultado de esta abortada batalla es que su fecha constituye el primer acontecimiento de la historia humana que podemos fijar sin duda en un día concreto y no en otro. Los modernos astrónomos, calculando los movimientos del sol y la luna, han averiguado el día del eclipse, y por ello sabemos que el suceso se produjo el 28/5/585 aC.

El rey CRESO de Lidia, que se había apoderado de Efeso, encarga la construcción de un templo -el Artemisón de Efeso- para sustituir al arcaico santuario en el que se veneraba a ARTEMISA desde los tiempos más antiguos. El Artemisión de Efeso, obra toda de mármol, tenía 115,14 metros de longitud por 55,10 m de anchura. El edificio estaba formado por una serie de hileras de columnas, presentando interiormente una “naos” al aire libre, sin techumbre. En este espacio se situaron el altar de la diosa y el zócalo para su estatua. Los trabajos duraron alrededor de un siglo. Pero tuvo un triste final ya que fue incendiado por un desequilibrado en la misma noche en la que nacía ALEJANDRO MAGNO (21.7.356 aC)