Francia se había apoderado del Valle de Arán -enclave estratégico de los Pirineos centrales- en 1285 cuando la guerra franco-aragonesa en tiempo de Pedro II. Acosado por la amenaza inglesa, Felipe IV de Francia decide renunciar al Valle de Arán a favor de Jaime II y el conde de Comenge o Comminges Bernat VIII (1312-36) renuncia a sus derechos, permitiendo a los araneses votar su integración en la Corona de Aragón, al mismo tiempo que Jaime II les concede el conjunto de privilegios “Era Querimònia” (30 set), verdadera carta magna del valle, renovada por todos los reyes hasta la creación de las provincias en 1833. Las juras de fidelidad de los cabezas de familia, hechas ante el procurador del rey y el obispo de Sant Bertrand de Comenge (del que seguirán dependiendo hasta 1801) son la 1ª mención de muchas de las iglesias románicas del valle, lógicamente muy anteriores.

Era Querimònia eran un conjunto de privilegios concedidos al Valle de Arán en 1313 por el rey Jaime II de Aragón, quien confirmó los Usatges y Constituciones de sus habitantes a cambio del pago de un tributo. Fue nuevamente confirmada por Alfonso IV de Aragón en 1328 y respetado por Pedro IV de Aragón después de aceptar la oposición aranesa a la venta del territorio al conde Hugo Roger II del Condado de Pallars Sobirá en 1385. Era Querimònia era una verdadera Carta Magnapara el Valle de Arán y fue ratificada por todos los monarcas hasta Fernando VII de España. Juan II de Aragón concedió a los araneses varios derechos y exenciones y en 1389, las Cortes de Monzón declararon el Valle de Arán parte del Principado de Cataluña. En 1411, el Síndico de Arán ofreció la unión libre y pactada de Arán con los condados catalanes, la cual fue aceptada por las Cortes catalanas, hecho que acabó con la independencia del Valle.