Nace ALFONSO, el futuro ALFONSO IV el Benigno, hijo de JAIME II, rey de Aragón y Conde de Barcelona y BLANCA de Nápoles.

ALFONSO IV el Benigno, hijo segundo de JAIME II de Aragón y Catalunya, se casa con TERESA de Entenza, heredera del condado de Urgell. De esta manera se vincula el condado de Urgell con la casa real. TERESA es una mujer muy inteligente gozando de la estima de los reyes JAIME II y ELISENSA de Montcada.

En las Cortes de Tarragona convocadas el año 1319 por el rey JAIME II de Aragón, se declara la unión de los reinos para que sus sucesores no puedan dividir Aragón, Catalunya y Valencia. ALFONSO (futuro Alfonso IV el Benigno), hijo segundo de JAIME II y Blanca de Anjou, es declarado primogénito ante la renuncia de su hermano el infante JAIME de Aragón al ingresar en una orden religiosa.

Nace en Balaguer (Lleida) PEDRO, futuro PEDRO el Ceremonioso, hijo de ALFONSO IV rey de Aragón y conde de Barcelona y TERESA de Entenza

Nace JAIME (JAIME I de Urgell) hijo de ALFONSO IV rey de Aragón y conde de Barcelona y TERESA de Entenza. JAIME I de Urgell inaugurará la última dinastía de los condes de Urgell que aún reconociendo la superioridad de la Casa de Barcelona (a la cual prestarán vasallaje) llevará a término una política personal y autónoma.

Alfonso -el futuro ALFONSO IV de Aragón-, hijo de JAIME II rey de la Corona de Aragón, conquista Cerdenya, en 1324, en nombre de su padre, pasando plenamente a la soberanía de la Corona de Aragón. (La isla pertenecerá a la Corona de Aragón y luego a la de España, hasta 1714)

A Jaime II le sucede en el trono de la Corona de Aragón, su segundo hijo ALFONSO IV el Benigno, (1327-1336), ya que su primogénito -JAIME de Aragón- había renunciado al trono en 1319. ALFONSO IV es pacífico, religioso, bondadoso, pero débil de salud y de carácter. Cinco días antes de su subida al trono ha fallecido su mujer TERESA de Entenza. ALFONSO el Benigno viene acompañado de la fama que le ha deparado la conquista de Cerdenya.

Era Querimònia eran un conjunto de privilegios concedidos al Valle de Arán en 1313 por el rey Jaime II de Aragón, quien confirmó los Usatges y Constituciones de sus habitantes a cambio del pago de un tributo. Fue nuevamente confirmada por Alfonso IV de Aragón en 1328 y respetado por Pedro IV de Aragón después de aceptar la oposición aranesa a la venta del territorio al conde Hugo Roger II del Condado de Pallars Sobirá en 1385. Era Querimònia era una verdadera Carta Magnapara el Valle de Arán y fue ratificada por todos los monarcas hasta Fernando VII de España. Juan II de Aragón concedió a los araneses varios derechos y exenciones y en 1389, las Cortes de Monzón declararon el Valle de Arán parte del Principado de Cataluña. En 1411, el Síndico de Arán ofreció la unión libre y pactada de Arán con los condados catalanes, la cual fue aceptada por las Cortes catalanas, hecho que acabó con la independencia del Valle.

El deseo de ALFONSO IV el Benigno de completar el dominio del Mediterráneo con la posesión de Almería se concreta en 1328, durante la conferencia que celebra en Tarazona con ALFONSO XI de Castilla (Conferencia de Tarazona). El rey castellano accede a que ALFONSO el Benigno vuelva a intentar la aventura que su padre había abandonado y confirma los derechos de Aragón sobre Almería si ésta la conquista durante la propuesta de cruzada contra Granada. Los problemas que plantea Cerdenya impiden iniciar siquiera la expedición contra Almería.

ALFONSO el Benigno es coronado en Zaragoza en la primavera de 1328 y durante las Cortes allí reunidas con tal ocasión confirma la ordenanza dada por su padre y que consagra la indisolubilidad de la unión entre Aragón, Catalunya, Valencia, Mallorca y los condados pirenaicos. Pese a esta actividad inicial, sus decisiones posteriores serán totalmente contradictorias. ALFONSO el Benigno, por la influencia francesa que ha tenido, es partidario de mantener el máximo nivel posible de autoridad real. Durante su reinado, Cerdenya será la causante de continuos problemas. La isla va a convertirse en el detonante de una guerra entre genoveses y catalanes que, con diversa intensidad, se prolongará durante unos ciento cincuenta años, se extenderá por todo el Mediterráneo y frenará la expansión catalana hacia Córcega.