GALICIA (Hasta España de las autonomías) (23/4/1846 - 1981)

Total de piezas: 4

En España, despuntan los movimientos regionalistas, de los que brotarán los diversos nacionalismos.


Alimentados en el descontento generado por la política de la Restauración, despuntan a finales de siglo los movimientos regionalistas, de los que brotan los nacionalismos catalán, vasco y gallego. Nacidos por las mismas fechas, los tres manejan una imagen idealizada de las historias de sus regiones -el esplendor de Catalunya medieval, la soberanía vasca perdida con los fueros, la igualdad de la sociedad celta- y verán en el centralismo el causante de todos los males de España.

El galleguismo y el valencianismo no tienen impacto político apreciable durante el primer tercio del siglo XX.


El galleguismo y el valencianismo se puede decir que no tienen impacto político apreciable durante el primer tercio del siglo XX. Tanto en Galicia como en Valencia existen, aunque quizá en un grado muy inferior al de Catalunya o el País Vasco, factores culturales que favorecen la creencia en una personalidad característica. Pero ciertamente en ambas regiones falta un desarrollo económico que tienda a la vez a la diferenciación con respecto al resto de España. En realidad, se puede decir que en el terreno político más que nada lo que sucede es que determinadas fórmulas políticas se tiñen de un cierto regionalismo, sin derivar hacia un nacionalismo y, menos aún, radical.

Fundación del Centro Gallego de Buenos Aires.


Fundación del Centro Gallego de Buenos Aires.

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Se constituye en La Coruña la primera Irmandade da Fala.


De acuerdo con las aportaciones ideológicas de los hermanos Villar Ponte, en mayo de 1916 se constituye en La Coruña la primera Irmandade da Fala, agrupación destinada a trabajar a favor de la lengua y la cultura autóctonas. En seguida otras ciudades gallegas se incorporarán al movimiento, que constituirá el núcleo inicial del nacionalismo gallego, diferenciándose del regionalismo anterior. El objetivo declarado de las Irmandades era convertir el gallego en una lengua culta, útil para comunicarse en la universidad, la ciencia o la administración.