MUSA (Jefe musulmán)

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Entran en la Península ibérica, desembarcando en Calpe (Gibraltar), un grupo de árabes y bereberes.


En la fecha, los musulmanes entran en la Península ibérica, desembarcando en la bahía de Algeciras (llamada Iulia Transducta) con un ejército de unos 7.000 hombres fundamentalmente bereber, dirigidos por TARIK ibn Ziyad, lugarteniente del gobernador del norte de África, MUSA. TARIK se asienta en Calpe (Gibraltar), bien protegido por la roca mientras va recibiendo todo su ejército en sucesivos desembarcos. Desde este punto comenzará a saquear zonas y ciudades de la baja Andalucía. En el momento en que los musulmanes desembarcan en Gibraltar, el conde de la Bética está con RODRIGO en una campaña contra los vascos o luchando contra los simpatizantes de su opositor AGILA II. Esta incursión de TARIK no despierta inicialmente una gran preocupación, pues ya en años anterirores se han producido incursiones de saqueo que han sido rechazadas por las propias fuerzas locales o que se han retirado al poco tiempo tras obtener suficiente botín. Sólo tras ver que las fuerzas locales del sur de la península no pueden con TARIK y que éste no se retira, RODRIGO acude contra él. Mientras tanto, TARIK ha recibido una ayuda de 5.000 hombres más.

La división de la nobleza goda hace que la invasión islámica de Hispania, se convierta en un paseo militar.


La división de la nobleza goda hace que la invasión islámica de Hispania, se convierta en un paseo militar. La invasión de la Península Ibérica no significará una ruptura total con la cultura imperante en la península, la hispanogoda. Antes bien, ambas se entroncarán dando un resultado muy peculiar y autóctono, deslumbrante, que diferenciará notablemente el Islam occidental del oriental. De hecho, los musulmanes han conquistado todo el Próximo Oriente y el norte de África en apenas ochenta años, y quieren convertir el Mediterráneo en un «lago musulmán». El Islam es una religión que anhela la universalidad y por eso los musulmanes se lanzan a predicarlo y extenderlo por toda la tierra. La Península Ibérica está en su camino y llegan con la intención de que el Islam sea la religión de la gente que aquí vive.

MUSA se dirige a Sevilla, a la que conquista, para pasar después a Mérida.


A las incursiones de TARIK en la Península Ibérica se superponen las de MUSA ibn Nusayr, quien con el objetivo de reforzar las amplias y frágiles conquistas de TARIK, desembarca en la ciudad de Cádiz, ya bajo control árabe, con un ejército de 18.000 soldados, en su mayoría árabes, emprendiendo la conquista de Alcalá de Guadaira y Carmona. Posteriormente se dirige a Sevilla, a la que conquista, para pasar después a Mérida, capital de la provincia de Lusitania. Se trata de rendir cuanto antes los centros de poder administrativo y militar visigodos de forma que no pudiera haber una respuesta coordinada y contundente de estos. MUSA utiliza la calzada que desde Sevilla va hacia esa ciudad, y luego sigue hasta Toledo, discurriendo por Cáceres y Talavera la Vieja. Pero Mérida se resiste fuertemente, agrupando en el interior de sus imponentes murallas el ejército provincial y abastecida por su puerto fluvial. Para no retrasarse, MUSA ha de dejar allí un contingente de asedio mientras él continua con el grueso del ejército hacia su objetivo.

MUSA conquista Cáceres y Talavera la Vieja, hasta llegar a Toledo. Allí se le une TARIK. El rey visigodo OPPAS, huye.


MUSA continúa por la calzada romana, conquistando Cáceres y Talavera la Vieja, hasta llegar a Toledo. Toledo es conquistada por Musa, casi sin resistencia. En la fecha, se proclama la dominación islámica en Toledo por su gobernador musulmán, haciendo huir al nuevo rey visigodo, OPPAS, que quizás muere pronto o que, al menos, ya no vuelve a ejercer como tal, y ejecutando a cuantos nobles hay en la ciudad aunque muchos de ellos huyen antes de que sea sitiada. Abandonada de antemano por quienes podrían haberla defendido, la tímida resistencia que puede oponer la ciudad es rápidamente vencida. En Toledo, TARIK se une al ejército de MUSA. Para ello TARIK ha seguido la calzada romana que va desde Linares, ciudad ya controlada por los árabes, pasando por Despeñaperros y Consuegra (Consabura), hasta Toledo; dejando algunos contingentes en el sur. Los nobles que logran escapar, con todas las riquezas que pueden reunir, huyen hacia el norte. Unos refuerzan al rey Agila II, en el nordeste (como el propio Arzobispo de Toledo, Sinderedo), y otros se dirigen hacia las plazas fuertes cercanas a la zona gallega. MUSA decide acabar en Toledo el invierno.

Con la llegada de la primavera, MUSA ataca el noroeste, menos organizado que la zona este de AGILA II.


Con la llegada de la primavera, el ejército árabe avanza por la calzada romana que une Toledo con las ciudades de Alcalá de Henares, Guadalajara, Sigüenza y Medinaceli, ocupándolas, y volviendo a dividirse a partir de esta última ciudad. MUSA ataca el noroeste, menos organizado que la zona controlada por el rey visigodo AGILA II. En su campaña ocupa los centros administrativos y plazas fuertes de Clunia, Amaya (que no pudo tomar y hubo de ser reducida por el hambre), León y Astorga, donde establece guarniciones militares. Allí hace miles de prisioneros, entre ellos bastantes nobles, apoderándose también de las riquezas que llevaban consigo.

TARIK y MUSA unen de nuevo sus fuerzas en Astorga y llegan juntos a Lugo.


Continuando su trayecto, TARIK llega, pasando por Amaya, hasta Astorga, capital de la provincia visigoda Asturiensis o Autrigonia, donde de nuevo une sus fuerzas con MUSA, y llegan juntos hasta Lugo, capital de la provincia de Gallaecia, ciudad fuertemente amurallada que es sometida. En aquella zona recibe pacto de sumisión de diversas ciudades de ambas provincias visigodas, entre las que cabe destacar a Gijón (ciudad fundada por los romanos), en la misma costa de Asturias.
Con la toma de Lugo, los árabes se han apoderado ya no sólo de la capital del reino visigodo, sino también de la cabeza administrativa de más de la mitad de las provincias visigodas, excepto las ciudades de Tarragona y Narbona, y la aún sitiada Mérida. Antes de llegar a Lugo, MUSA ha recibido una orden del Califa para ir a Damasco. Desde Lugo, MUSA se dirige otra vez a Toledo, pero esta vez por Salamanca, sometiendo igualmente las poblaciones a su paso.

MUSA proclama la soberanía del Califa omeya de Damasco sobre toda la Península.


MUSA proclamará en Toledo, la soberanía del Califa omeya de Damasco sobre toda la Península, declarandola waliato o emirato del Califato Omeya, con capital en Sevilla, rompiendo un acuerdo anterior con AGILA II a quien se le obligará a renunciar a la corona. MUSA parte hacia Damasco a finales del 712, llamado por el califa Walid para rendir cuentas. Deja al frente del ejército a su hijo ABD EL-AZIZ. MUSA y TARIK viajan con buena parte del riquísimo Tesoro Real visigodo y otro botín, así como con algunos nobles visigodos. En Damasco caerá en desgracia con el siguiente califa, Sulayman, por la forma en que ha repartido el botín, y será condenado a muerte mediante crucifixión por un delito -del que ya es reincidente- de malversación de fondos. Dicha pena se le conmutará por el pago de una fuerte multa. MUSA morirá asesinado en una mezquita de Damasco en el año 716. TARIK morirá en la miseria.